Los promotores de esta Liga –entre los que está el Gobernador de Salta- son los mismos que suscribieron la propuesta propiciando una reforma en la integración de los miembros de la Corte, en base a tres principios: el federalismo, la equidad de género y la especialización en distintas materias. Vienen reuniéndose en el ámbito del Consejo Federal de Inversiones y se mostraron distantes de las disidencias internas del Ejecutivo Nacional. A la propuesta de una Corte de 25 miembros, suman su alineamiento con Nación en la puja con la Ciudad de Buenos Aires por fondos federales y el reclamo por la asignación de subsidios a la energía y al transporte público, de manera equitativa entre los 24 distritos. 

No sorprende que una alianza de esa naturaleza sea el mecanismo que el interior del país, conformado por los estados que preexisten a la Nación, utilice para canalizar sus demandas cuando las crisis arrinconan a los gobiernos que tienen en la coparticipación federal su principal fuente de ingresos. Precisamente, la post pandemia está empujando a los gobernadores a unir esfuerzos para que en el reparto de escasos fondos se atiendan sus principales problemáticas.

El primer paso fue dado por los gobernadores de la Región Norte Grande, que desde fines de 2020 vienen trabajando en conjunto para definir sus prioridades y gestionar la atención del gobierno central. De los diez que toman parte de esta movida regional, cuatro de ellos han viajado a Canadá para participar desde este lunes de la principal Convención minera mundial: Gustavo Sáenz, Ricardo Quintela de La Rioja, Raúl Jalil de Catamarca y Gerardo Morales, de Jujuy. Junto a sus pares de San Juan, Santa Cruz y Mendoza, integran la misión que encabeza el ministro de Economía, Martín Guzmán, con el propósito de promocionar la potencialidad minera argentina.

La intención de avanzar en bloque animó a los gobernadores desde 1870, cuando trataron de romper la hegemonía de Buenos Aires que la Constitución de 1853 no resolvió. Esa primera liga, a diferencia de la ahora relanzada, tenía a Córdoba como principal protagonista y como miembros a Entre Ríos, Santa Fe, Tucumán, La Rioja y Santiago del Estero. 

Más cercano en el tiempo, durante el gobierno de la Alianza, la Liga de Gobernadores era del PJ y se fortaleció frente a un presidente débil como Fernando de la Rúa. Llegaron a firmar un pacto en noviembre de 2001 para acomodar deudas y cuando el radical renunció, el grupo de 14 mandatarios se hizo cargo de la crisis que había estallado en diciembre, primero con el puntano Adolfo Rodríguez Saá y luego con el bonaerense Eduardo Duhalde y se diluyó. Tras el enfrentamiento con el campo de 2008 y la crisis financiera internacional reapareció la posibilidad de reactivarla para dominar la crisis política. La tarea estuvo a cargo del chubutense Mario Das Neves, el bonaerense Daniel Scioli, el sanjuanino José Luis Gioja y el salteño Juan Manuel Urtubey.

No es necesario describir la situación actual; lo hacen gobernadores, que volvieron a parapetarse tras una organización que los potencia. 

Con su actitud, justifican la incertidumbre social.