Las mujeres del planeta desean y merecen un futuro igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas. Tal es la reflexión de la que parte la consigna de la fecha, con la que se trata de bregar porque ellas lleguen a todas las mesas en las que se tomen decisiones. Seguramente no será el propósito sobresaliente de quienes en la Provincia militan por lograr que mejore la situación de centenas de miles de mujeres que pueblan este territorio, que no es ajeno a una dramática estadística que indica que cada 30 horas en la Argentina se registra un femicidio y también se observa una notoria caída en las condiciones de vida de las trabajadoras y niñas, como lo ha denunciado el Plenario de Trabajadoras, uno de los convocantes de la marcha en la plaza 9 de julio. Esta denuncia desequilibra el impacto del hecho histórico que representa que la lucha femenina haya desembocado en la conquista de la ley del aborto.

En cada lugar del mundo hay demandas puntuales que, en conjunto, llevan a la ONU a considerar esencial transformar el equilibrio de poder para promover y proteger los derechos humanos de las mujeres y resolver las apremiantes dificultades de la época actual. El informe anual presentado por la Secretaría General del organismo destaca que se ha avanzado demasiado lento en pos de la paridad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida pública y la adopción de decisiones; pese a ello se observa que se están cada vez más amenazadas por la violencia, tanto en línea como en otros ámbitos. 

Los datos de las Naciones Unidas señalan que las mujeres son jefas de Estado o de gobierno en 22 países, y únicamente el 25 por ciento de los parlamentarios nacionales son mujeres. Al ritmo de progreso actual, la igualdad de género entre jefas y jefes de gobierno tardará otros 130 años, señala  ese trabajo que será la base del próximo debate de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.

Esto que le ocurre en su inserción en las instituciones de conducción política se repite en la lucha que el mundo ha encarado contra el coronavirus. Dice Naciones Unidas que las mujeres se encuentran al frente de la batalla contra la Covid-19, como trabajadoras del sector de la salud y en primera línea, y como científicas, médicas y cuidadoras; no obstante, ganan un 11 por ciento menos globalmente en comparación con sus homólogos masculinos. Un análisis de equipos de trabajo sobre la Covid-19 de 87 países, solamente cuatro de estos tenían paridad de género. Y se debe lamentar este relegamiento porque se ha comprobado que cuando las mujeres están al cargo, se observan resultados positivos. Varias de las respuestas más eficientes y ejemplares ante la pandemia han sido dirigidas por mujeres. 

Cada 8 de marzo crece el clamor por un cambio. Y solo se trata de conseguir un futuro igualitario para todas y todos. 

Salta, 08 de marzo de 2021