Opinión Santos Jacinto Davalos 18/08/2020

Lo que olvidamos en la reforma de 1986

Porque hablar de la constitución, cuando la pandemia nos está empobreciendo, desocupando, angustiando y dejándonos prácticamente inermes frente a la tentativa de ir por todo?

Porque si logramos una constitución acorde a nuestro modo de vida, y lo hacemos participando, sintiéndola propia, con instituciones que impidan la corrupción, que exijan gobernantes preparados para la función y que nos abra la mente para debatir los problemas importantes y anticiparnos a los problemas que vendrán, tendremos más libertad, más seguridad, mejor salud, mejor educación y efectiva protección de nuestros derechos humanos fundamentales. Tendremos un país preparado para defender nuestras fronteras y nuestros cuantiosos bienes naturales, como el agua dulce y el agua de mar y sus peces. Podremos crecer científicamente, competir con nuestras industrias y no solo con nuestros granos y carnes para insertarnos en un mundo en constante cambio. Podremos sentirnos orgullosos de ser argentinos, no solo por el fútbol.

Los salteños debemos sentirnos reconfortados por el progreso institucional logrado con la reforma constitucional de 1986. Pero además entristecidos por lo que nos olvidamos de cambiar, para consolidar la república.

En 1986, con Roberto Romero en la cúspide de su poder político, podría haber optado continuar con uno o más mandatos de gobernador. Sin embargo, y me consta, eligió continuar con doscientos años de historia constitucional de Salta, que desde 1821, pasando por la Constitución de 1949, mantuvo un período de gobierno y uno de espera para postularse nuevamente. Un gobernador con cuatro años de mandato no podría presionar a la Corte de Justicia que duran seis años, ni a la Auditoría que duran cinco, ni a cada uno de los legisladores que duran también cuatro años de mandato. La magia de un único mandato garantiza la independencia de los poderes y la vigencia de la república, en lugar de la monarquía solapada que tenemos en este momento.

Mencionemos algunas de las reformas de 1986, muchas de las cuáles fueron adaptadas por otras provincias y también por la Nación.

1.     Elección de intendentes por su pueblo y autorización para dictarse su propia Carta Municipal, es decir su constitución municipal. Antes de 1986 los designaba el gobernador con acuerdo del Senado. Además permitió la participación de los extranjeros residentes en las elecciones municipales. Aseguró su autonomía política, administrativa y financiera.

2.     Conservó el eficiente Tribunal de Cuentas, con autonomía total. Como intervenían desde el primer momento de un acto administrativo, podían evitar el perjucio. La Auditoría actual interviene cuando el daño ya está consumado.

3.     Mantuvo la autarquía del Consejo General de Educación, con la participación de docentes y padres de alumnos.

4.     Limitó a sesenta el número de diputados. Antes eran más del doble.

5.     Incluyó los Decretos de Necesidad y Urgencia, que permitía al Gobernador, en casos de suma urgencia, como catástrofes naturales, tomar medidas de contenido legislativo, que luego podían ser aceptadas o rechazadas por el Poder Legislativo.

6.     Estableció un Tribunal Electoral de bajo costo integrado por tres jueces de Corte y dos camaristas, apto para ese momento histórico donde el Poder Judicial era independiente.

7.     Creo herramientas participativas de la comunidad, como el Consejo Económico y Social, el referéndum, la iniciativa legislativa, las audiencias públicas y la participación de los trabajadores y de los usuarios de los servicios públicos.

8.     Prohibió la reglamentación del recurso de amparo y el habeas corpus, para que los ciudadanos puedan elegir cual Juez debía entender en su recurso, pues la reglamentación podía permitir direccionar hacia un juez de amparo determinado. Incluyó la Acción Popular de inconstitucionalidad

9.     Responsabilizó personalmente, con su patrimonio, a los funcionarios, incluyendo el gobernador, que con sus actos ocasionen lesión a los intereses de terceros.

10.                        Incorporó nuestro excelente preámbulo como fuente obligatoria de interpretación de toda nuestra constitución.

11.                       Protección de la familia como núcleo primario y fundamental de la sociedad

12.                       Protección de la infancia, la juventud, la ancianidad y los discapacitados.

13.                       Aseguró la movilidad jubilatoria.

14.                       Consagró el trabajo como un derecho y un deber.

15.                       En materia de salud estableció la libre elección del profesional.

16.                       Eliminó toda forma de discriminación ideológica en lo cultural.

17.                       Estableció que los servicios públicos corresponden originariamente a la Provincia o a los Municipios.

18.                       Estableció que el agua para consumo de la población no puede ser objeto de concesión a favor de personas privadas. Eliminó el lucro como un bien esencial.

19.                       Estimuló la investigación científica y el desarrollo y aprovechamiento de fuentes de energía no convencionales.

20.                       El magistrado que acusa, el que defiende y el que dicta sentencia, hasta cierto sentido antagónicos, estaban sometidos por igual a la Corte de Justicia. En 1986 separamos a los jueces de lo que hoy constituye el Ministerio Público.

21.                       Dejo para lo último la definición de que el Banco Provincial de Salta es el instrumento oficial de la política financiera del Gobierno de la Provincia, caja obligada y agente financiero de los entes públicos provinciales y municipales. Dónde está? No lloremos. Actuemos organizadamente.

Ahora debo referirme a las acciones que debimos haber realizado en 1986,  para consolidar la república.

1.     La más importante que nos olvidamos es una cláusula que estableciera que la modificación del mandato de los gobernadores solo tendría lugar dejando pasar un  período de gobierno, a fin de evitar que mayorías circunstanciales eternicen a nuestros gobernantes. Una vez consolidada, la modificación de esta cláusula requeriría el ochenta por ciento a favor del total de convencionales.

2.     Nos olvidamos de acotar los mandatos de intendentes, concejales y legisladores.

3.     El gobernador, los intendentes , los senadores y los departamentos que eligen un solo diputado, continuan eligiéndose por simple mayoría. Debiéramos haber establecido la segunda vuelta.

4.     Para impedir que los gobernantes salientes, gobernador, presidentes de Cámaras Legislativas, de Corte, entes autárquicos realicen designaciones numerosas, como nos tienen acostumbrados, antes de dejar el cargo, tales nombramientos deberían quedar sujetos a la ratificación del próximo funcionario.

5.     No aseguramos más libertad de investigar y expresarse libremente al Consejo Económico y Social.

6.     Debiéramos haber incluído el referéndum constitucional, para instar reformas constitucionales y la revocatoria de mandatos para expulsar a los corruptos y a los inútiles.

7.     Debimos haber realizado un plebiscito no vinculante sobre si queríamos una sola Cámara Legislativa o si debían seguir las dos.

8.     Debiéramos haber establecido limitación de parentesco a gobernadores e Intendentes, para evitar que el gobierno pase a la esposa, o a los hijos, o a los hermanos. Como existe en algunas provincias.

9.     Debiéramos haber incluído el modo de elegir convencionales para la reforma de la Constitución, de modo que sea la mayoría de los ciudadanos la que tome decisiones trascendentales y no el sistema espúreo actual donde la voluntad ciudadana queda en manos de las minorías, excluyendo a la mujer y vulnerando la igualdad del voto. Cuando se eligen convencionales del mismo modo que ahora se eligen los diputados, el que pierde puede tener más convencionales que los que obtienen más votos.

10.                       Debiéramos haber encontrado un modo práctico de inclusión de la mujer. Retóricamente somos iguales, pero en los hechos no lo somos.

11.                       Estableció la función política, sin estabilidad. Los numerosos empleados públicos al servicio de funcionarios del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo deben cesar el mismo día que cesa el funcionario que lo nombró.

12.                       El número de Jueces de Corte debiera haberse establecido en la Constitución, para evitar que cada Gobernador, y también los presidentes,  la amplíen para designar amigos.

13.                       Debiéramos haber asignado al Tribunal Electoral la convocatoria a elecciones. Actualmente convoca el gobernador cuando quiere.

 

Esta reseña muestra lo mucho que logramos en 1986 con libertad en todos los sentidos. Pero fundamentalmente lo mucho que nos falta.

Hoy estamos en un cruce de caminos. Debemos retornar, en la próxima Convención Constituyente, a la república, acotando el mandato del gobernador a cuatro años y a un período de espera para volver a postularse. El riesgo mayor es que en esa Convención se decida extender el mandato del gobernador sin límites, con lo cual consolidaríamos su omnipotencia. Una opción es la república y la otra una monarquía bananera.

 Nos organicemos para dejar a nuestra descendencia una provincia más justa, con dirigentes honestos y eficientes. Que conozcan cómo funciona el mundo para insertarnos mejor en él.

 Que los cerros no nos quiten la distancia.

Una Salta mejor, es posible.

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