Del Superman al Chapulín Colorado
La derrota en la provincia de Buenos Aires dejó al Presidente sin su traje de invencible. De creerse Superman pasó a quedar como el Chapulín Colorado, obligado a reconocer un revés histórico mientras el peronismo celebra la diferencia más amplia en dos décadas.
Lo que se tenía que dar, se dio. Ya no se podía sostener un hombre en esas condiciones manteniendo un liderazgo y un triunfo en la provincia de Buenos Aires, donde vive prácticamente la mitad del país. Durante un año y medio se dedicó a bastardear a todos: nos faltó el respeto, nos atacó, se creyó invencible. Se puso el traje de Superman, pero anoche quedó reducido al Chapulín Colorado.
Tras la derrota, las reuniones se multiplicaron para ver quién salía a dar la cara. Finalmente le tocó a él, acompañado por algunos de su gabinete. Llamó la atención la ausencia de Luis Caputo y del ministro de Justicia, Mariano Cuneo Libarona Tampoco le dio relevancia a Martín Menem: lo salteó olímpicamente y prefirió abrazar a Adorni, que estaba a su lado. Fue una imagen lastimosa, la de un líder obligado a reconocer un revés que, claramente, no esperaba.
La magnitud del resultado lo dice todo: 14 puntos de diferencia. Hace 22 años que no se daba una situación semejante en Buenos Aires, con un justicialismo imponiéndose de manera tan holgada en una elección intermedia.
La gran incógnita ahora es si el Presidente está capacitado para hacer una autocrítica real. ¿Entenderá por qué llegó a este punto? ¿Fue solo la economía —el dólar, la inflación— o también sus insultos, sus groserías, su desprecio por la gente y, en muchos casos, su crueldad? Eso lo tendrán que analizar ellos.
Si llegan a la conclusión de que todo eso influyó, lo primero que debería hacer es irse a su casa, porque esas características no las va a cambiar nunca. Ni siquiera él.
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