Nobel de Economía a la Inclusión
Aunque muchas situaciones actuales parezcan extraídas de una novela de ficción estilo gótica, las declaraciones del Presidente se podrían endilgar sin reparo a “El Pingüino” (Batman-DC) o cualquier otro malhechor ochentero de comic.
Lo anterior hace referencia a la auto postulación de Javier Milei al premio Novel de Economía el pasado Junio en la ciudad de Praga, Chequia.
Milei decía en aquella singular oportunidad: «Con mi jefe de asesores, el doctor Demian Reidel, estamos reescribiendo gran parte de la teoría económica para poder derivar optimalidad de Pareto, tanto estática como intertemporal, teniendo funciones de producción no convexas. Si nos termina de salir bien, probablemente me den el Nobel de Economía junto a Demian». Supuestamente ambos merecían el Nobel por lograr eliminar en forma práctica el conflicto entre la fábrica de alfileres y la mano invisible (un absurdo).
Hay que tener presente que el Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel, comúnmente nombrado Premio Nobel de Economía, es un reconocimiento anual que otorga la Real Academia de las Ciencias de Suecia a contribuidores destacados en las disciplinas de la Economía a nivel mundial.
Finalmente, y como era justo que suceda, las publicaciones que fueron galardonadas con el Premio Nobel de Economía ponen énfasis en el valor de las instituciones para el desarrollo económico de una nación. La academia distinguió el trabajo de Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson por sus "investigaciones esenciales para comprender la manera en que las instituciones impactan en el desarrollo económico y la prosperidad de las naciones.
En síntesis los ganadores del mayor premio de economía avanzan en un campo ideológicamente contrario al que propone el presidente cuando pregona por achicar el estado, recortar los gastos de educación, menospreciar las instituciones, la ciencia y la investigación. El trabajo galardonado expresa concretamente que los países con mejores instituciones, derechos de propiedad seguros y políticas menos distorsivas, tienden a invertir más en capital físico y humano, factores que logran inducir un mayor ingreso y crecimiento en el largo plazo.
Lo cierto es que mientras en la Argentina exista el nivel actual de pobreza y la postergación social de gran parte de los habitantes y nuestro único norte sea eliminar el Déficit Fiscal, estamos lejos de cualquier virtud económica. Si analizamos nuestras herramientas de acción pública, tenemos por ejemplo, un inocuo Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, a la par que se oprime y se desfinancia a las universidades y la salud pública, sin brindar la menor posibilidad de inclusión a los argentinos. Todo esto nos pone en la vereda del frente del progreso y en contra corriente de los ganadores del Nobel de Economía.
Luis Albeza, Octubre del 2024
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