Notas sobre la imagen de la Justicia argentina
Hay una vieja frase que dice: “de aquellos barros, estos lodos”. Se aplica todo lo malo que nos pasa, debido a lo que nos pasó antes y que tal vez habíamos olvidado.
Me propongo contarles dos historias relacionadas con la Justicia de nuestro país. Desde luego ustedes podrán disentir con que exista tal relación y hasta creer que este columnista primero la imaginó y después le escribió.
Veamos. La primera de las historias no es nueva, sino que se venía desarrollando en aparente calma, hasta que tuvo un final impuesto por la dinámica de los hechos y la influencia de los grandes medios en la opinión pública.
Fue nota de tapa de la edición de “Clarín” del domingo pasado. “La insólita situación de la camarista Ana María Figueroa. En la Justicia no saben qué hacer con la jueza de Cristina que se atrincheró”. La adjetivación de la primera frase y la atribución de cierta afinidad política de la nombrada son textuales. No se comparten necesariamente.
Antes de cumplir 75 años, la doctora Figueroa le pidió al Presidente de la Nación que le permitiera continuar en la Magistratura cinco años más. El presidente dio curso al pedido y le pidió al Senado de la Nación que le prestara el acuerdo correspondiente. Todo esto también está previsto en la Constitución.
El bloque oficialista al Senado siguió los pasos previstos en el Reglamento del cuerpo para estos casos. Así, hubo una entrevista con la postulante y dictamen favorable de comisión.
Faltó reunir las suficientes voluntades para sesionar, es decir, el número para el quórum y otro para la aprobación del dictamen. Se convocó a dos reuniones que no se concretaron. El tiempo pasó y el día 9 de agosto la doctora Figueroa cumplió 75 años.
Desde entonces, la disputa sobre si podía continuar en funciones hasta que el Senado se reuniera y decidiera el acuerdo continuó en el tribunal donde la doctora cumplía funciones: la Cámara Federal de Casación Penal. Todo transcurrió entre reuniones, denuncia a la doctora un secretario y su periodo de licencia, que se remitió a la Corte Suprema.
Con celeridad, el más Alto Tribunal rechazó el pedido de licencia la doctora Figueroa y, con la firma de sus cuatro miembros, consideró que sus funciones habían terminado el día que cumplió la edad máxima establecida en la Constitución para ejercer la Magistratura.
Esa es una de las historias. La otra también se publicó en la edición dominical de “Clarín”, página 18. Este fue el título: “A 40 años de la democracia. Así surge una encuesta que detectó una enorme caída de la confianza en las instituciones. Las Fuerzas Armadas tienen la imagen positiva más alta y los partidos, la más baja”.
Es un informe de Daniel Santoro. El cuadro descriptivo, elaborado por la Consultora Poliarquía, permitía distintas valoraciones a los encuestados, a saber: Mucha confianza, Bastante confianza, Poca confianza y Nada de confianza.
Efectivamente, en ese cuadro las Fuerzas Armadas están en el primer lugar del podio con un 42% de Mucha confianza, las siguen las Fuerzas de Seguridad, con un 24% de Mucha confianza y la Iglesia Católica con el 23% de Mucha confianza.
Tal como anticipado el título, los partidos políticos y los sindicatos tienen la más alta imagen negativa, que es del 90%. Las tres instituciones correspondientes a los tres poderes del Estado, están muy cerca de esa valoración: el Congreso Nacional tiene un 88% de imagen negativa; el Gobierno Nacional y la Justicia -también nacional- tienen el mismo porcentaje de imagen negativa: el 84 %.
Así todo, la Justicia es el único de los tres poderes que mejoró respecto a la misma medición del año pasado (2022). Entonces, tenía apenas el 6% de imagen positiva; en éste llega al 16%. El Gobierno Nacional, valorado positivamente en un 26% el año pasado, en éste bajo al 16%. El Congreso que en 2022 tenía un 20% de imagen positiva, ahora bajo, el 12%.
Casi como un acto reflejo, este columnista asocia imagen negativa del gobierno nacional y piensa en un poder atomizado, casi vacío, con una inflación que no para de crecer. Hace lo mismo con el Congreso y piensa en las escasas sesiones de este año; y en la falta de acuerdos para salir del laberinto de los alquileres.
A la Justicia no le ayudan para nada actitudes de magistrados, que por el motivo que fuere, se creen por encima de la Constitución; a veces parece que rige para los otros, no para ellos. Además sabemos que el servicio no es el mejor; que es muy lento y demasiado caro: que le cuesta hacerse sentir con los poderosos y más que nada, que le cuesta transmitir a los ciudadanos que todos somos Iguales ante la ley.
Te puede interesar
Incertidumbre
Con mucha incertidumbre cierra una de las semanas de mayor intensidad política de este año electoral. El entramado de relaciones entre el gobierno nacional y los provinciales y entre distintos sectores políticos con representación parlamentaria, ha comenzado a renovarse por necesidad más que por convicción.
Panorama
El arranque de la segunda mitad del año muestra una situación inestable, en la que sobresale la tensión entre el gobierno nacional y las Provincias y la creciente conflictividad social. En ese marco debe inscribirse la convocatoria a un plenario de la CGT Regional Salta.
Concluir el legado histórico
La Patria libre volvió a cumplir años. Vengo de la querida vecina provincia de Tucumán, donde —como desde tiempos inmemorables— se volvió a vivir la emocionante liturgia de una de las fechas más simbólicas del calendario nacional.
Desánimo
A 209 años de un acto que definió la existencia de la Nación Argentina, se toma el peso de un proceso que no ha concluido. El 9 de julio de 1816 se declaró la independencia de la corona española y se renunció a cualquier forma de dominación extranjera. Fue el primer paso.
Acompañamiento
La política salteña está convocada a una importante tarea en defensa de los intereses de la provincia. Frente a un modelo de administración que refuerza el centralismo a costa de un interior heterogéneo, cada sector debe sentar posición sobre avances reales y al margen de definiciones discursivas.
Corte Suprema: sin memoria
Lo que está en juego cuando el poder no tiene memoria.