Mujeres
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Para comprender por qué cada 8 de marzo las mujeres se unen de diversas maneras, en distintos lugares pero por iguales razones, se debe repasar la historia de la humanidad y proyectar su destino hacia el final de los tiempos. En ese proceso seguramente se encontrará a las mujeres de la antigua Grecia, lideradas por Lisístrata, luchando por la paz y se llegará a Greta Thunberg, una activista ambientalista sueca, que dejó su infancia y empezó a movilizar a los jóvenes del mundo para enfrentar los riesgos planteados por el calentamiento global.
Una síntesis muy ajustada de las razones de la lucha de la mujer en el mundo es por la igualdad de derechos en todos los continentes. Todo ser humano, más allá de su origen y pertenencia a cualquier grupo, tiene derecho a una vida digna y para alcanzarla, es cierto que la mujer debe recorrer un camino más largo.
Desde el siglo pasado se siguen sosteniendo las mismas demandas; la igualdad respecto de las oportunidades para alcanzar objetivos, es el hilo conductor. Sin diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas o políticas, en distintos momentos y diversas sociedades, se reclama que hombres y mujeres se pongan a la par. Desde la segunda mitad del siglo XIX se reclama –entre otras cuestiones- el sufragio femenino universal, un salario similar por las mismas labores, condiciones de trabajo dignas y el derecho a ocupar cargos públicos. Y en este tiempo se ha sumado el clamor por terminar con la violencia de género, que se viene cobrando demasiadas vidas.
Esta realidad da contenido y justifica que se haya consagrado el Día Internacional de la Mujer, que empezó a conmemorarse por la ONU en 1975. Aunque es secundario el debate si hay que festejar o conmemorar, lo cierto es que sirve a los fines de poner de relieve sucesos históricos y trágicos, que van jalonando el largo y arduo camino de lucha contra el sexismo y a favor de la igualdad de derechos sin distinción de géneros.
Desde 1979, está vigente la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas y es considerada como el instrumento internacional más exhaustivo para proteger los derechos humanos de las mujeres. Establece obligaciones legales para los países que forman parte de ella, que deben eliminar la discriminación contra las mujeres en la esfera pública y privada, incluido el ámbito familiar.
No es ocioso que lo que se conoce como Declaración de derechos de las mujeres proponga alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, tanto en las leyes como en la vida real. Es que en buena parte del mundo, los avances más notorios se han dado en el marco legal pero en los hechos, no hay cambios radicales.
En el país y ello es notorio también en la Provincia, las obligaciones en orden a lograr la igualdad entre hombres y mujeres, ha engordado la burocracia y da fuerza a las declamaciones de gobiernos que, definitivamente, no pueden disimular que los resultados son paupérrimos. Ni siquiera se evidencia un cambio cultural y de allí la Catedral vallada no solo para justificar el cuidado de un edificio con valor arquitectónico
Con una emergencia social por violencia de género desde 2014, las mujeres no tienen su vida puesta a resguardo. En realidad, ni siquiera pueden avanzar en las listas de candidatos y se resignan a papeles secundarios en la política.
De todas maneras, es un día valioso y no debe perderse.
Salta, 08 de marzo de 2023