El Gobierno quiere convocar al diálogo pero la oposición desconfía del llamado

El intento de asesinato a Cristina Kirchner encendió las alarmas en la Casa Rosada y una parte del Gobierno se puso sobre sus hombros la compleja tarea de hacer un llamado al diálogo con la oposición o parte de ella. Todo se engloba bajo la figura del ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, quien tendría el visto bueno de la vicepresidenta: esperan ver caras de la oposición el sábado en la Misa de la Catedral de Luján, pero todavía hay desconfianza. 

El escenario no es casual. El llamado al diálogo busca su primera materialización en ese sitio religioso de la provincia, lejos del caos de la Ciudad y de la vorágine que sacude la agenda por estos días. La “Misa Por la paz y la fraternidad de los argentinos” a la que convoca activamente el intendente Luján Leonardo Boto será "abierta a todos" y ayer dejó trascender algunos nombres en una entrevista con Radio 10: "Invitamos a la oposición. Los contactamos por mail. Tenemos el recibido de varios, entre ellos de Macri y Larreta. Las confirmaciones todavía no están”.

Pero no se sabe si llegarán las confirmaciones. Hoy Juntos por el Cambio se divide entre quienes ven con buenos ojos la idea pero creen que debe debatirse en la Mesa Nacional y quienes no quieren saber nada. Los une, en general, un clima de cierta desconfianza que muchos catalizan en la figura de José Mayans.

Este senador nacional por Formosa fue blanco de críticas en los últimos días por las controversiales declaraciones que dejó. La primera de ellas fue el domingo pasado cuando se preguntó: "¿Queremos paz social? Paremos el juicio de Vialidad?". Además de eso, a lo largo de la semana el legislador fue uno de los que insistió públicamente con la redacción de una "ley contra el odio", resistida fuertemente por muchos opositores. 

Pero Mayans no deja de hacer declaraciones que resuenan y la oposición las toma como argumento para tomar una actitud renuente ante el llamado al diálogo. “La oposición está renuente a sentarse con nosotros porque creen que ya son Gobierno", lanzó en las últimas horas este senador de buen trato con la vicepresidenta. 

Mientras tanto, la portavoz de la Presidencia dijo este jueves 8 de septiembre que el presidente Alberto Fernández convocó a los ministros del Gabinete a que vayan el sábado a Luján. "El presidente entiende que tenemos que construir una Argentina de diálogo y convivencia. Haber cruzado el límite del jueves pasado (por el intento de magnicidio) ya no se trata de insultos, de persecución sino que un grupo, por ahora de dos ciudadanos, que decidieron actuar por afuera de los límites de la democracia", enfatizó.

Las repercusiones opositoras
Uno de los que confirmó que recibió el llamado de De Pedro fue Gerardo Morales. El gobernador de Jujuy valoró esta mañana la actitud del ministro del Interior "con quien tenemos muy buen diálogo" pero rápidamente criticó al resto del Gobierno. "Siguen generando hechos de una facción, de una fuerza política. La unión nacional no es excluyendo y acá el problema es que ellos hablan del odio desde el odio", dijo esta mañana en Radio Mitre.

“El kirchnerismo ha demostrado que no son gente de dialogo genuino", dijo ayer el jefe de Gabinete porteño Felipe Miguel en declaraciones a Radio Del Plata. Fue después de quejarse porque el jueves pasado el presidente "culpó a la oposición, la Justicia y los medios por el discurso del odio". 

Otro de los dirigentes que recibió el llamado de De Pedro fue el radical Facundo Manes. "Wado me llamó y me planteó la convocatoria. Le pedí que sea por los canales institucionales", dijo en CNN Radio al tiempo que planteó que "todo lo que pasó tiene que ser un llamado de atención (el ataque a Cristina). Tenemos que pensar qué país vamos a construir juntos".

"No vamos a ir a un diálogo con quien nos acusa de ser instigadores" del ataque a Cristina. Así de determinante es la postura que eligió, por su parte, la presidenta del PRO Patricia Bullrich.

“Nadie me llamó. En dos años y medio, el Gobierno nacional no mostró ninguna voluntad de diálogo”​, dijo ayer el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.

Según trascendió, los teléfonos sonaron en algunos despachos ocupados por dirigentes de la Coalición Cívica de Elisa Carrió y en Evolución Radical, de Martín Lousteau.

¿Gesto o mea culpa?
Mientras el oficialismo se enfocaba en señalar a algunos dirigentes de la oposición como cultores de los discursos de odio que se materializaron el jueves pasado cuando Fernando Sabag Montiel intentó matar a la vicepresidenta, en la oposición no muchos se hacían cargo de un hecho cuanto menos repudiable. 

Días atrás, el diputado nacional por Neuquén, Francisco Sánchez, había presentado en el Congreso un proyecto de ley para imponer la pena de muerte a quienes cometan delitos vinculados a la corrupción. Eso había motivado a que el bloque del Frente de Todos le exigiera al PRO una declaración de repudio que no se había dado naturalmente.

Sin embargo, en las últimas horas el propio diputado autor de esa iniciativa la cual defendió en algunas ocasiones posteriores, ahora desistió. 

"Teniendo en cuenta la gravedad de la situación social en Argentina, derivada de la crisis económica y de los permanentes agravios a las instituciones republicanas, considero atendible el pedido de evitar la continuidad de manifestaciones que puedan afectar la sensibilidad de personas individuales o colectivas, por lo que desistiré de impulsar un proyecto de estas características", dijo Sánchez. 

AS/fl

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