
Tal como venimos insistiendo desde hace tiempo en estas columnas, en momentos de crisis la centralidad de la política pasa por el Congreso de la Nación. Allí se debate el presente y el futuro de la Argentina.
¿Es realmente el corrimiento de la fecha electoral local, para agosto, un acto destinado a cuidar la salud y vida de los salteños?
Opinión09/06/2021 Guillermo MartinelliLa fecha del 4 de julio fijada originariamente para los comicios provinciales fue pospuesta -dijo el Gobernador- para cuidar la salud de los salteños. A los pocos días, luego que el ministro de gobierno convocara a los representantes de los partidos políticos y afirmó que consultaría al Comité Operativo de Emergencia, se estableció por decreto el día 15 de agosto como la nueva fecha para los comicios.
Si realmente el Gobernador cree que con este corrimiento de un mes y once días en el calendario electoral está cuidando la salud y vida de los salteños, entonces resulta que todo el arco político argentino representado en el Congreso Nacional se equivoca de cabo a rabo en el cuidado de los argentinos cuando fijó, por ley, que las elecciones serán en septiembre y noviembre de este año, Téngase en cuenta que las elecciones PASO originariamente estaban establecidas en agosto y las generales en octubre. El congreso eligió esas fechas, lo dicen los discursos tanto de los oficialistas como de los opositores, porque se pretende al menos dos objetivos mínimos de cuidados: uno, votar con temperaturas cálidas y dos, tener la mayor cantidad de ciudadanos inmunizados con las vacunas contra el Covid 19 para dar protección a los votantes y sus familias y cumplirse, de forma segura, con los pasos democráticos que implican la renovación del arco parlamentario nacional. Téngase presente que en esas elecciones se elegirán solo tres diputados en Salta, es decir una elección sencilla y rápida.
En la jurisdicción local se elegirán, en cambio, 60 Convencionales Constituyentes; 30 diputados; 11 senadores; 1 intendente y decenas de concejales. Y esto a contramano de la preocupación de las autoridades nacionales.
¿Es realmente el corrimiento de la fecha electoral local, para agosto, un acto destinado a cuidar la salud y vida de los salteños? A la luz de las dos posiciones, la nacional y la local, claramente no lo es. Lo decidido por el gobernador Sáenz tiene un tinte netamente escenográfico, alejado de una recta actitud protectora tanto del proceso de campaña proselitista, desde el 15 de julio, como de los comicios, todo en meses de invierno y sin que se tenga, en ese tiempo, la inmunidad de rebaño que busca la nación en las fechas establecidas por la ley.
Resultan extrañas las declaraciones escuchadas del COE con respecto a los actos del Bicentenario de la muerte del Gral. Güemes: que no podía adelantarse, si se hacía o no el desfile de 10.000 gauchos por desconocimiento para el 17 de Junio tanto del estado climático como de lo abarcado en la inmunización de la población. Es paradójico, por el contrario, que para una fecha no tan lejana, el 15 de agosto, se pueda autorizar la movilización de un padrón electoral de más de un millón de personas en la concentración de 10 horas, desde las 8 a las 18 horas que se habilitan las mesas electorales.
La verdad que no se escuchó al COE sobre las fechas más adecuadas para las elecciones y las razones que fundamentarían la elegida.
Por la experiencia recogida del comportamiento de los partidos afines al gobernador a nadie extraña que lo que dice el primer mandatario no tiene, no solo disenso alguno, sino siquiera sugerencia distinta.
No creo que estemos en presencia de un acto libre y seguro para las próximas elecciones provinciales, serian seguras y democráticas si se hicieran en noviembre y con boleta de papel como dije en mi anterior columna.
Tal como venimos insistiendo desde hace tiempo en estas columnas, en momentos de crisis la centralidad de la política pasa por el Congreso de la Nación. Allí se debate el presente y el futuro de la Argentina.
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