Intrigas en la Santa Sede: las fake news y campañas de desprestigio que sacuden al cónclave

De falsos reportes médicos a videos manipulados: las tácticas que buscan influir en la elección del sucesor del Papa Francisco mientras las facciones conservadoras y progresistas batallan por el futuro de la Iglesia Católica.

El Mundo06/05/2025

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En los pasillos del Vaticano, donde el silencio suele ser norma, un nuevo fantasma recorre las congregaciones generales previas al Cónclave: la desinformación. Mientras los cardenales se preparan para elegir al sucesor de Francisco, campañas de manipulación —procedentes, en gran parte, de sectores conservadores— buscan influir en la elección del próximo pontífice mediante rumores falsos, vídeos sacados de contexto y acusaciones lanzadas estratégicamente.

El cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, lanzó ayer un llamamiento contra las divisiones: “Superemos las polarizaciones y custodiemos la comunión, seamos cada vez más ‘una sola cosa’”, advirtió en un mensaje dirigido explícitamente al Colegio Cardenalicio. “Dejemos a un lado los ‘ismos’: al pueblo de Dios no le gusta esta polarización”. Sus palabras reflejan la preocupación de que el proceso de elección papal esté siendo contaminado por tácticas propias de guerras de desinformación política.

Los objetivos principales: Parolin y Tagle

Entre los principales afectados está el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano y favorito en las quinielas. El pasado 1 de mayo, el portal conservador estadounidense CatholicVote publicó que Parolin había sufrido un “episodio de salud” tras una reunión previa al Cónclave: una fuerte subida de la tensión arterial, con una intervención médica de aproximadamente una hora. La Santa Sede lo desmintió de inmediato, pero analistas vaticanos interpretan la fake news como un intento de sembrar dudas sobre su capacidad para asumir el papado.

“Es algo inaudito”, declaró al italiano QN el cardenal Francesco Coccopalmerio, prefecto emérito del Dicasterio para los Textos Legislativos. El prelado señaló la diferencia con el Cónclave de 2013: esta vez, la desinformación comenzó a circular incluso antes de que el Cónclave comenzara oficialmente.

Otro de los candidatos más perjudicados es el filipino Luis Antonio Tagle, cuyo nombre ha circulado en redes sociales junto a un vídeo donde se lo muestra cantando Imagine de John Lennon —canción que incluye versos sobre “un mundo sin religión”—, omitiendo que él evitó precisamente esas líneas.

Además, tanto Parolin como Tagle han sido señalados por Bishop Accountability, un grupo estadounidense, por su gestión de casos de abusos. La coincidencia en el tiempo y el hecho de que tales acusaciones corresponden al Dicasterio para la Doctrina de la Fe han llevado a algunos observadores a cuestionar la motivación detrás de estas denuncias.

La campaña no se limita a ellos. El cardenal africano Fridolin Ambongo ha sido tildado de “anti-LGBT” en medios tradicionalistas; el neerlandés Willem Eijk, criticado por su rigidez moral; y el húngaro Peter Erdő, vinculado de forma exagerada al primer ministro Viktor Orbán. Incluso figuras como el alemán Reinhard Marx —acusado de “riesgo de cisma”— o el francés Jean-Marc Aveline —cuya fluidez en italiano ha sido puesta en duda— han sido objeto de ataques.

De Pío IX y Bergoglio, los antecedentes históricos

No es la primera vez que el Cónclave sufre interferencias. En 1846, falsos rumores sobre la salud del cardenal Mastai-Ferretti —futuro Pío IX— circularon antes de su elección. Ferretti, sin embargo, ejerció el papado más largo de la historia moderna (casi 32 años).

Incluso en el Cónclave de 2013, la sombra de la desinformación se cernió sobre Jorge Bergoglio. Circuló entonces el falso rumor de que solo tenía un pulmón —una condición médica inexistente—, propagado con tal intensidad que varios cardenales llegaron a preguntarle al respecto durante las votaciones.

Pero la escala actual, amplificada por redes sociales, no tiene comparación.

Según Il Manifesto, círculos conservadores norteamericanos están detrás de parte de esta estrategia, activa desde 2013 para frenar el legado reformista de Francisco. Por su parte, La Stampa señala al cardenal Raymond Burke como un posible “hacedor de papas” del ala tradicionalista, recibiendo en su residencia a cardenales moderados y ultraconservadores para tejer alianzas.

Mientras, el portal The College of Cardinals Report —vinculado al Sophia Institute Press, de línea tradicionalista— difunde perfiles de candidatos centrados en temas polémicos: ordenación femenina, celibato, uniones homosexuales y misa en latín.

El riesgo, advierten los vaticanistas expertos, es que estas campañas influyan en cardenales indecisos, especialmente aquellos de África y Asia, claves para inclinar la balanza. Los sectores más tradicionales buscan un pontífice que revierta las aperturas de Francisco y priorice doctrina y liturgia.

Con el Cónclave a la vista, la batalla no es solo por el futuro Papa, sino por el rumbo de una Iglesia dividida entre reforma y tradición. Y esta vez, la desinformación podría ser un factor decisivo.

Infobae

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