Murió Silvio Berlusconi a los 86 años

El polémico ex primer ministro italiano y magnate de los medios estaba internado en un hospital donde era atendido por complicaciones derivadas de una leucemia mielomonocítica crónica

El Mundo12/06/2023

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Empresario de la construcción, magnate de las telecomunicaciones, presidente más exitoso del fútbol italiano, primer ministro con el récord de permanencia en el cargo. Odiado y amado por igual. Admirado y temido. Genial hombre de negocios para algunos, criminal con vínculos con la mafia para otros. Silvio Berlusconi fue todo esto y mucho más: el hombre que dividió a los italianos como nadie hizo en más de 70 años de vida republicana.

El ex Cavaliere fue un personaje multifacético que en el ocaso de su vida pasó a jugar el papel del líder sabio, el moderado capaz de frenar los arrebatos autoritarios de sus herederos políticos Giorgia Meloni y Matteo Salvini. Casi un padre de la Patria, elogiado y respetado incluso por sus adversarios históricos. Un giro sorprendente para quien supo ser un populista de manual, un Trump ante litteram.

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 Berlusconi junto a la actual premier Giorgia Meloni y el líder de la Liga, Matteo Salvini, luego de una reunión con el presidente italiano, Sergio Mattarella (REUTERS/Yara Nardi/Foto de archivo)
 
Nacido en Milán el 29 de septiembre de 1936 en una familia de clase media, sobre su escandalosa vida se ha escrito de todo.

Los años juveniles repletos de anécdotas y experiencias —casi todas incomprobables— que él mismo difundió con notable talento de fabulador: ayudante de proyección en un cine, cantante a bordo de los cruceros, vendedor de escobas puerta a puerta, estudiante de intercambio en la Sorbona de París...

 Silvio Berlusconi en la playa de Hammamet en Túnez en agosto de 1984. Estaba en la playa con el líder socialista Bettino Craxi y su colaborador Fedele Confalonieri. (Umberto Cicconi/Getty Images)
El ascenso empresarial tras recibirse en la Universidad de Milán. Al principio, negocios inmobiliarios y especulación financiera. Luego, los medios. De un pequeño canal de cable al imperio multinacional de Mediaset. Aunque la verdadera popularidad le llegó gracias a los triunfos conseguidos como presidente del AC Milan.

Un ascenso con no pocos puntos oscuros. La pertenencia a la logia P2, la organización clandestina liderada por Licio Gelli que buscaba subvertir el Estado italiano. Y los vínculos con la mafia. En los años 70, Vittorio Mangano, un asesino múltiple afiliado a la Cosa Nostra, trabajó en una de sus mansiones. Marcello Dell’Utri, su histórico brazo derecho, fue condenado en 2014 por ser el mediador entre la mafia y el propio Berlusconi.

A principios de los 90 ingresó en la política. Con su intuición habitual, Berlusconi aprovechó el “Mani pulite”, el escándalo de corrupción que embistió al líder socialista Bettino Craxi. El padrino político de Berlusconi, el hombre que desde el Gobierno favoreció su ascenso empresarial. Junto a Craxi fueron barridos los partidos tradicionales.

 El líder del Partido Socialista italiano Bettino Craxi hablando con Silvio Berlusconi en los estudios de su grupo empresario Fininvest en Milán, abril de 1987 (Umberto Cicconi/Getty Images)
Berlusconi se presentó en las elecciones de 1994, con la promesa de realizar una “revolución liberal” y frenar el supuesto avance de los “comunistas”. Siempre adelantado, usó dos de los argumentos fuertes de las derechas contemporáneas.

Detrás de los discursos, el objetivo de Berlusconi era también proteger a su imperio empresarial, lastrado de deudas, y evitar posibles investigaciones. Fue el comienzo de un conflicto de intereses descomunal, que marcó toda su carrera política y doblegó la democracia italiana a sus intereses judiciales y corporativos.

Con información de Infobae

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