Opinión14/10/2022

Tensión

Un ministro que dejó más dudas que certezas en su visita informativa al Senado puso de relieve que la relación entre poderes en la Provincia no es lo suficientemente transparente ni fluida. Las cámaras legislativas tienen la obligación de control sobre el Ejecutivo, además de sancionar las leyes que ordenan la vida comunitaria y estas competencias necesitan que se habilite información precisa y oportuna, lo que no estaría sucediendo en este tiempo.

En casa sesión ordinaria de los cuerpos que integran la Legislatura Provincial es una práctica corriente aprobar, bajo el paraguas del Artículo 116 de la Constitución Provincial, pedidos de informes sobre distintas materias; su análisis permite inferir que detrás de cada uno de ellos hay un problema, una zona gris o una cuestión que debe ser sometida a un análisis profundo. Dicho artículo está referido a la facultad que tienen los Ministros del Poder Ejecutivo de asistir a las sesiones de cada Cámara, con voz pero sin voto y la obligación de comparecer ante cada Cámara o sus comisiones, cuando son citados a fin de suministrar informes. Asimismo, corresponde a toda la administración centralizada, descentralizada o sociedades en las que participe la Provincia, responder por escrito los requerimientos que formulan los legisladores.

Esta tarea no viene cumpliéndose acabadamente porque son permanentes los reclamos por la falta de remisión de las respuestas en tiempo y forma, motivando reiteraciones. En distintas oportunidades se ha mencionado el elevado nivel de incumplimiento por parte del gabinete del gobernador Gustavo Sáenz o se pondera la actitud prolija de una cartera, como la de Economía y Servicios Públicos, que en comparación destaca la falta de voluntad o la intencionalidad de no reconocer una tarea que es manda constitucional. No es por capricho que se termina citando a los perezosos a dar cuenta de su gestión en determinados aspectos en el recinto o en comisión. 

Prueba de ello es la insistencia con la que el senador por Cafayate trató de conocer el resultado de una auditoría efectuada en marzo último en el Hospital de esa ciudad, tras la cual se produjeron movimientos de personal, especialmente de los que integraban la línea jerárquica. Desde julio pasado se insistió cada mes en el pedido de informe y ante el silencio se citó al ministro de Salud a dependencias del Senado, presencia que se aprovechó además para abordar aspectos relacionados a la infraestructura, equipamiento y recursos humanos en hospitales y centros de salud de toda la provincia. 

Sin embargo, no dio datos concretos sobre lo que inquietaba al legislador: un déficit de más de 78 millones de pesos en las cuentas del nosocomio, que tendría que ver con recursos que ingresaron y sobre cuyo destino no hay noticias. La promesa de enviar los datos este jueves e incumplir inmediatamente, puso al ministro Juan José Esteban al borde una interpelación, que se trocó por una solicitud a la Auditoría General de la Provincia a fin que informe sobre el particular.

El debate suscitado llevó a una reivindicación de la representación institucional de un senador. En más de una intervención se bajó la nota a los ministros frente a la significación del papel de quien es elegido por el pueblo, depositario de la soberanía política. Las intervenciones denotaron el relajamiento de la práctica de rendición de cuentas que pretende el legislador porque, a su vez, debe hacerlo ante una ciudadanía que aguarda respuestas o soluciones a situaciones que dejan insatisfechas su necesidades.

Si bien el propio Gobernador ha marcado públicamente la medianía de su gabinete, la opinión del Senado advierte la posibilidad que sea fuente de conflicto entre ambos poderes; ello así  aun cuando el oficialismo tiene una cómoda representación en la Legislatura. 

No son momentos para sostener tensiones innecesarias. 

Salta, 14 de octubre de 2022

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