Vale mencionar que la evolución de los contagios ha ingresado en una fase creciente y en los primeros días de agosto no solo se han acumulado más casos que en todo julio sino que tienen la particularidad de ser locales. Para entender esta caracterización, se explicó oficialmente que no son importados; están generados en contactos directos con aquellos que se adjudicaban a repatriados. Es así que los datos que se den a conocer reflejarán el impacto de la pandemia en Salta.

En 32 semanas, el número total no es significativo si la referencia es la cifra nacional. Con 511, ocupa el décimo tercer lugar en cantidad de contagios, que en todo el país alcanzan casi un cuarto de millón. Diferente es la apreciación si se trata de tomar como referencia a San Juan que, con 22 casos, es la que está al fondo de la tabla. Además, no tuvo brotes sino que mantuvo una línea achatada en lo que va de la cuarentena, evolución que le permite al estado cuyano ser el primero que reabre, aunque de manera restringida, los establecimientos escolares, poniendo un poco de luz al sombrío panorama que se puede observar desde este territorio. 

Otro dato que debe estimarse como positivo es que hay departamentos en la Provincia en los que el virus no ha ingresado y muchos, no llegan a la decena. Solo hay dos cuya situación es preocupante: San Martín, con 180 casos acumulados y Orán, con 109. Si bien la Capital suma 140, en relación a su población, la cifra tiene otra dimensión. Por otra parte, la situación fronteriza de los departamentos norteños los coloca en una situación de extrema vulnerabilidad.

Ello justifica las mayores restricciones con las que se desenvuelve desde hoy la población de esa zona. A fin de evitar los riesgos de propagación del Covid-19 se limitó el ingreso y egreso a esos departamentos prohibiendo la circulación de personas entre sus municipios. Y en cada pueblo, las actividades cotidianas también se han reducido notoriamente, al punto que no se puede permanecer en espacios públicos. La responsabilidad social de esos salteños no es menor que la del resto de los habitantes;  sobre cada uno se depositó la carga de la lucha cotidiana.

El Gobierno, en tanto, debe atender el reordenamiento de las cuentas públicas en el marco de un presupuesto prorrogado y con un delicado proceso de renegociación de la deuda en marcha. Con la misma fortaleza debe enfrentar las tensiones con distintos sectores, que no excluyen a los propios trabajadores del Estado. Como es de práctica, son los docentes los que están abriendo el juego. 

A la necesidad de definir planes de acción para sostener el aparato productivo, salvar fuentes de trabajo y recuperar las perdidas, el Ejecutivo debe trabajar en un proyecto que trascienda la emergencia. Desde el sector privado hay demandas pero no propuestas. 

Los plazos se van acortando y los movimientos que se observan en partidos políticos están recordando que en 2021 hay elecciones. Y allí la apretada agenda del Gobierno suma otra tarea urgente: definir el destino de las PASO. Si se eliminan, habrá ganado tiempo y quizás, enemigos.

Salta, 10 de agosto de 2020