Opinión28/07/2020

Federalismo

Ante funcionarios del gobierno nacional se desplegó un abanico de demandas para lograr el desarrollo provincial. No constituye un plan de gobierno sino la identificación de áreas donde es necesaria la asistencia para reforzar los esfuerzos propios, a la vez que hacer notar el abandono por parte de la administración federal, que concentra todos los recursos y usufructúa el beneficio de los bienes de las provincias.

El gobernador Gustavo Sáenz formó parte de una ronda de consultas realizada por el Ejecutivo Nacional con el fin de elaborar un plan post pandemia para lograr la reactivación ante un nuevo mundo. Si bien la irrupción del Covid 19 no alteró la relación de fuerza entre las franjas más desarrolladas del planeta y las más desfavorecidas, es cierto que hay otras demandas y, especialmente, un incipiente debate de cómo satisfacerlas. 

De todas maneras, lo expuesto por el mandatario salteño –al estar de la versión oficial sobre la teleconferencia que mantuvo con los ministros del Interior Wado de Pedro; de Economía, Martín Guzmán y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas- los requerimientos son los mismos de siempre. Apuntan a resolver los problemas de logística, conectividad e infraestructura, además de atender la recuperación de la actividad hidrocarburífera, lograr el crecimiento de la  minería y alcanzar incentivos para la inversión de industrias. En su exposición de necesidades no estuvo ausente el planteo vinculado a la infraestructura en servicios públicos esenciales, como agua y saneamiento.

Como una letanía, este gobernador repitió lo que denunciaron sus antecesores  sobre que el costo del flete -un tema común a la región norte del país- obliga a su producción a pagar tarifas superiores para llegar a puertos sobre el Atlántico que las que deben enfrentar para que desde esos puntos se trasladen a mercados europeos o asiáticos. En directa conexión con ese problema, reiteró el pedido de poner nuevamente en marcha el Ferrocarril Belgrano, paralizado por un gobierno peronista en la década del 90. Al menos, se conforma en un arranque con que se reactiven obras suspendidas por la actual gestión del Frente de Todos.

Otra figurita repetida que exhibió el mandatario salteño fue el pedido de poner a punto la red caminera, con rutas acordes para unir la provincia con el resto del país pero especialmente para habilitar la conexión con Chile, que podría significar alguna vez la concreción del corredor interoceánico. La propiedad sobre los recursos del subsuelo, consagrada por la Constitución de 1994, no significó el empoderamiento de una Provincia que tiene gas y litio, sólo para citar dos insumos de alta demanda mundial. Por eso en la teleconferencia pasó el platillo pidiendo asistencia para potenciar la producción en esos rubros.

El informe oficial sobre lo que fue presentado como una consulta desde el gobierno central, señaló que Gustavo Sáenz destacó a sus interlocutores que en este tiempo de crisis hay un Presidente y 24 Gobernadores que “no están haciendo política, sino trabajando para la gente”. Devaluó sin contemplación a la herramienta que permite la construcción del bien común cuando asume el arbitraje de intereses contrapuestos.

Tampoco fue feliz adjudicar la falta de federalismo a los distintos gobiernos nacionales. El gobernador tuvo razón al poner en ese déficit la razón del atraso y marginalidad del Norte pero dejó de lado que el federalismo exige defensa y ejercicio de todas las partes.

De todas maneras y atento a la profundidad de la crisis actual, es importante que se hayan definido las principales líneas de acción. Resta que no se abandone la capacidad de reclamar, requerir, plantear y demandar lo que son derechos de cada Estado. 

Salta, 28 de julio de 2020

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