Romano contó que Vargas fue detenido el día sábado después de dos allanamientos y que su cliente es un vendedor ambulante de alpargatas y desde un principio dijo desconocer a la familia Salas. Además, desconoce por qué se lo imputa por un delito tan grave.

Consultado sobre antecedentes penales sobre Vargas, su abogado defensor dijo que solamente registra una denuncia por violencia de género y que le llama la atención de que se lo impute solamente por los dichos de vecinos que lo vieron en la zona.

“Nadie puede afirmar que lo vieron salir del domicilio del hecho. La fiscalía solo mantiene la imputación en base a dos testigos que lo ven vendiendo alpargatas pero el resto de los vecinos hablan de una persona delgada, bien vestida que baja de un auto y mi cliente es no tiene vehículo, es de estatura baja, medio obeso y de poco dialogo”, indicó.

Para Romano, su defendido es un perejil porque no se puede imputar a una persona por homicidio calificado por el mero hecho de haberlo visto en la zona es excesivo porque es un crimen aberrante de una mujer que le propinaron cuarenta puñaladas.

“Es un crimen en el cual hay una nota de ensañamiento con la persona, algo personal entre el agresor y la víctima y mi cliente no tiene ninguna razón para hacerlo. Incluso si es que le pagan a una persona, con una o dos puñaladas la mataban y no hubieran tenido tal ensañamiento”, agregó.

Finalmente, el letrado sostuvo que lo que busca la Procuración es sacarse la causa de encima, buscando a una persona que se le pueda imputar el delito y hacerla responsable. “Mi cliente me comentó que fue presionado para que dijera si fue o no participe, el sintió que lo presionaron para que se hiciera cargo del hecho y sintió temor”, concluyó.