Milei y la confusión con la democracia
El presidente ignora el rol vital de la oposición y genera preocupación. La democracia implica respeto y límites.
Uno escucha que hasta se duda de si Javier Milei ha leído libros de economía. Pero más allá de eso, hay algo que parece no comprender: la democracia. Gobernar es ejercer el poder que el pueblo le otorgó en las urnas, pero en paralelo está el rol de la oposición, que también existe porque la gente votó y eligió a sus representantes.
El Presidente, sin embargo, pareciera creer que lo ideal sería que todos se hicieran “mileístas” y que desaparecieran espacios históricos como el Partido Justicialista. ¿Será ese su proyecto? ¿O pretende que lo ayuden a gobernar de la misma manera en que él ayudó cuando estaba en la vereda de enfrente? Porque si de memoria hablamos, todos recordamos que Milei jamás acompañó nada como opositor.
La oposición es parte vital de la democracia. Los senadores y diputados están en sus bancas porque ganaron elecciones, de la misma forma en que Milei ganó la presidencia. No puede tratárselos con el desdén de quien cree que ocupan sus lugares por capricho o acomodo. Han sido votados por el pueblo, como él. Nadie secuestró nada.
Si de secuestro hablamos, hoy es el país el que parece estar atado por un Poder Ejecutivo que ni escucha al Legislativo ni respeta demasiado al Judicial. El mensaje presidencial, entonces, no solo suena equivocado: también es peligroso.
De todas maneras, vivimos en democracia. Eso significa que Milei tiene derecho a decir lo que le parezca, y nosotros tenemos el mismo derecho a marcarle los límites, siempre con respeto. Ese es el verdadero juego democrático.
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Reconciliación
El presidente Javier Milei reconoció que puede soportar dos meses de campaña electoral, a la que le adjudica las denuncias por corrupción y los reclamos por obras esenciales. En ese plano hay que ubicar su exhortación a “ir por los gobernadores y por los intendentes”.
Decisiones
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Tembladeral
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Datos
Dato vence relato. No es una máxima que haya alcanzado el estatus de sabiduría popular pero ha sido repetida durante esta semana, fructífera en materia de actividad legislativa. Los debates de ambas cámaras del Congreso no solo sirvieron para dar valor al equilibrio de poderes sino también para exponer los problemas reales que siguen sin resolverse.
Bandera
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