El Mundo18/06/2025

La guerra en Medio Oriente abre descarnadas internas en el círculo de Trump

La fractura divide a los partidarios más fieles del movimiento MAGA, entre los halcones y los más aislacionistas, que rechazan que Washington vuelva a involucrarse en otro conflicto en la inflamada región.

Donald Trump está ante un momento crucial, un dilema que podría ser un punto de inflexión en su aún joven segundo mandato. Mientras el mundo contiene el aliento a la espera de la decisión que pueda tomar el presidente sobre la guerra entre Israel e Irán, la posibilidad de un ataque de Estados Unidos que lo involucraría en forma directa en el conflicto bélico también ahonda divisiones en las distintas facciones que sostienen su administración.

La fractura, expuesta sin filtros en los últimos días en entrevistas y redes sociales, está en los partidarios más fieles del movimiento MAGA (Make America Great Again) de Trump, y entre los halcones en materia de seguridad nacional y los más aislacionistas, que llaman al presidente a no involucrar al país en una guerra abierta en Medio Oriente.

Trump llegó a la presidencia con la promesa de terminar con los conflictos bélicos -con el de Ucrania y Rusia como bandera, que prometió resolverlo “en 24 horas”- y se diferenció de los halcones republicanos con críticas a la idea de las “guerras interminables” que marcaron las dos primeras décadas de este siglo. En el proceso, consolidó una coalición de votantes reacios a destinar multimillonarios recursos en guerras en el extranjero.

Ahora Trump, que ha sostenido que Irán “no puede tener un arma nuclear”, evalúa un ataque de Estados Unidos contra el régimen de los ayatollahs como una de las opciones para respaldar a Israel, su principal aliado regional.

Contradicción

Algunas de las figuras argumentan que atacar a Irán sería una contradicción la retórica de política exterior del mantra de Trump de “Estados Unidos primero”, y que se haría eco de los errores de la administración de George W. Bush, de la que Trump ha sido crítico.

“Esto es exactamente lo mismo que la guerra de Irak”, dijo el exestratega jefe de Trump, Steve Bannon, en el programa de Tucker Carlson, uno de los periodista más controvertidos de Estados Unidos, en la red social X.

“Si nos vemos absorbidos por esta guerra, lo que inexorablemente parece que va a ocurrir, no sólo va a hacer saltar por los aires la coalición, sino que también frustrará lo más importante, que es la deportación de los invasores extranjeros ilegales que están aquí”, advirtió Bannon.

Carlson, por su parte, advirtió que aunque ama a Trump, está realmente preocupado de que si Israel arrastra a Estados Unidos a su guerra toda la agenda del presidente podría descarrilarse. “Creo que [Trump] es una persona profundamente humana y amable. Pero tengo mucho miedo de que mi país se debilite aún más por esto. Creo que vamos a ver el fin del imperio norteamericano. Hundirán el USS America en las costas de Irán”, advirtió.

En su podcast, Carlson criticó a los neoconservadores del Partido Republicano que, a su juicio, están empujando a Estados Unidos hacia la guerra sin tener en cuenta los intereses centrales de la agenda del presidente. Uno de ellos es Mark Levin, presentador de Fox News y representante del ala MAGA que ha pedido repetidamente a la administración Trump que abandone las conversaciones nucleares con Teherán y dé luz verde a Israel para atacar. Otro es el comentarista y conductor conservador de Fox News Sean Hannity, elogioso de la postura “firme, constante y consistente” de Trump para prevenir las capacidades nucleares de Irán.

Las posturas de Carlson contra los “belicistas” republicanos provocaron la reprimenda de Trump, que lo calificó de “chiflado”.

La congresista por Georgia y leal a Trump Marjorie Taylor Greene saltó en defensa de Carlson, en un distanciamiento inusual con el presidente. Dijo que cualquiera que apoyara tal intervención militar no era “Estados Unidos primero”.

Tensión al aire

Las tensiones estallaron el martes durante una entrevista entre Carlson y el senador Ted Cruz, de Texas. Cruz se puso a la defensiva cuando le preguntaron si conocía la población y la mezcla étnica de Irán.

“¡Usted es un senador que pide el derrocamiento del gobierno y no sabe nada del país!“, le dijo Carlson. Y Cruz replicó: ”¡No, usted no sabe nada del país!“.

“Actualmente, ningún tema divide tanto a la derecha [norteamericana] como la política exterior”, había escrito en X Charlie Kirk, un popular podcaster y fundador de la organización conservadora Turning Point USA, el día que Israel lanzó su “ataque preventivo”. Y advirtió que estaba “muy preocupado” de que una posible entra de Estados Unidos en el conflicto “provoque un cisma masivo en MAGA y que potencialmente perturbe nuestro impulso y nuestra exitosa presidencia”.

Kirk, figura con influencia en la órbita trumpista, también se hizo eco de una publicación de la republicana Nikki Haley, exembajadora norteamericana ante la ONU, que afirmó que “Estados Unidos no debería involucrarse en un cambio de régimen en Irán”, y que “la prioridad debe ser la seguridad nacional”.

“Realmente no creo que Trump tenga un plan para Medio Oriente. No hay una lógica general, y mucho menos geoestratégica”, señaló a LA NACION Michael Barnett, experto sobre la región de la Universidad George Washington, respecto a los vaivenes del presidente norteamericano.

Natan Brown, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, tiene una visión similar. “No hay indicios de que Trump tenga planes para Medio Oriente y, de hecho, ha buscado dar señales tanto de restaurar la fortaleza estadounidense como de evitar guerras. A corto plazo, eso le ha permitido proyectarse como si hiciera ambas cosas: un adversario norteamericano recibió un duro golpe y Estados Unidos no está enviando tropas”, dijo.

El escenario, de todas maneras, podría cambiar de un momento a otro con una hipotética entrada directa de Washington en la guerra.

Las especulaciones se centran en si Trump cederá al pedido de Israel para que le provea a la bomba Massive Ordnance Penetrator (GBU-57), conocida como el mayor “destructor de búnkeres”, que serviría para destruir las instalaciones nucleares subterráneas iraníes.

Uno de los firmes partidarios de Trump, el senador republicano Lindsey Graham, por Carolina del Sur, defiende que éste es el momento de dar un golpe decisivo contra Irán. Le pidió al presidente que “vaya por todo” en el apoyo a Israel y destruyendo el programa nuclear iraní.

“Si necesitamos proporcionar bombas a Israel, proporcione bombas. Si necesitamos volar aviones con Israel, hagan operaciones conjuntas”, dijo Graham. “Es hora de cerrar el capítulo del ayatollah y sus secuaces”, añadió, en referencia de Ali Khamenei.

En tanto, el senador por Kentucky Mitch McConnell dijo que “había sido una mala semana para los aislacionistas” del Partido Republicano. “Lo que está sucediendo aquí es que algunos del movimiento aislacionista liderado por Carlson y Bannon están angustiados porque podríamos estar ayudando a los israelíes a derrotar a los iraníes”, dijo a la cadena CNN.

La Nación

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