En plena disputa interna con Cristina, Kicillof liderará un acto en Mar del Plata

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, consiguió el respaldo de más de 40 intendentes para el desdoblamiento de las elecciones, una decisión que, en caso de tomar, tensará aún más un vínculo ya casi inexistente con Cristina Kirchner. Para avanzar en ese sentido necesita mostrar fortaleza política, pero también para minimizar las injerencias en el armado de listas para las elecciones legislativas de este año.

Por eso, este martes reunió en la localidad balnearia de Villa Gesell a 35 intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires -más otra media docena que no estuvieron presentes, pero acompañan el armado- y prepara un plenario con la militancia para el 8 de febrero en Mar del Plata, una tierra esquiva para el PJ, pero aún más para el kirchnerismo.

Como vienen planteando otros dirigentes peronistas, como Juan Grabois, su idea es abrir las puertas a todos los que se quieran sumar a un frente político contra la motosierra del presidente Javier Milei y que crean en la importancia del Estado para la democracia y para garantizar derechos. Hoy, el escenario es poco probable, aunque no son pocos los que entablaron puentes de diálogo con otras fuerzas políticas, como el radicalismo, el socialismo y el peronismo no k.

Además, consiguió el respaldo de organizaciones sociales, como el Movimiento Evita, y no se descarta que Ricardo Alfonsín -aliado a Libres del Sur- termine conformando un frente electoral con el peronismo.

Kicillof busca ordenar a los propios para enfrentar al ala dura k

Más allá de que el kicillofismo viene realizando encuentros habituales con la militancia, el de Mar del Plata tendrá como adicional el lugar elegido, donde el intendente Guillermo Montenegro, coquetea con la idea de seguir los pasos de su par de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y pagar el salto del PRO a La Libertad Avanza. Pero también será la oportunidad del gobernador de avanzar con el ordenamiento de la tropa propia.

Cerca de Kicillof están convencidos de que Cristina Kirchner no quiere desdoblar las elecciones para obligar al presidente Javier Milei a nacionalizar el debate en la provincia de Buenos Aires, aun a riesgo de que el PJ pierda en ese territorio.

Pero en la gobernación los planes son otros: están decididos a ganar las elecciones y no quieren poner en juego la ya débil correlación de fuerzas en la Legislatura bonaerense. Es más, creen que incluso podrían sumar algunas bancas.

Por eso, cerca del gobernador quieren negociar los nombres de las listas con los intendentes y con los principales dirigentes del peronismo bonaerense, y no quieren ceder la lapicera ni a Cristina Kirchner ni a Máximo Kirchner. Se tomaron en serio lo de “tienen su bastón de mariscal en la mochila, sáquenlo”.

Con información de TN