Opinión Abel Cornejo 18/07/2024

Dirigentes

Días pasados leí con atención el editorial de Mario Ernesto Peña sobre la ausencia de oposición en Salta.

Dijo que el adversario del gobernador es su propio espejo, es decir nadie o el mismo. Como quiera interpretarse. Concluyó que esa hipótesis es dañina para la democracia, porque ésta requiere alternancia. En realidad, esa mirada es más amplia todavía y se extiende en casi toda la geografía del país, no obstante que en el mundo comienza a despuntar una nueva generación de dirigentes con mayor o menor fortuna y aciertos en el manejo de la cosa pública. En la Argentina actual, luego de una demoledora campaña en contra de la llamada “casta política”, el presidente Milei emergió como un out sider, sin gobernadores ni legisladores y prácticamente sin partido.

             Conquistó el voto de la juventud y la base de su poder reside en que siete meses más tardes, mantiene un amplio porcentaje de gente que lo apoya ¿Qué sucede entonces? En el caso argentino, por diferentes motivos, todos ellos revisables y dignos de corregirse, se llegó a un agotamiento y exasperación de la mentira y la hipocresía como formas naturalizadas de hacer política. La consecuencia, que aún no es aceptada por toda la dirigencia, fue el descreimiento más rotundo de que se tenga memoria en la historia argentina. Es decir: la clase dirigente, sindicada como casta por Milei y sus seguidores, quedó señalada como la culpable de todos los males que afligen al país. Todas las caracterizaciones extremas son malas, fundamentalmente porque incurren en la convicción de lo que se dice es la verdad absoluta y la verdad reside, siempre, en el acuerdo entre las palabras y los actos. En siete meses de gestión el gobierno ya adoptó muchas de las prácticas que criticó durante la campaña, con resultados hasta ahora absolutamente inciertos. Las políticas anarco libertarias sucumbieron rápidamente a medidas dirigistas para tratar de encauzar la inflación y la recesión - cuyos alcances hasta ahora no fueron medidos en su real magnitud - está alcanzando niveles insospechados. Mientras tanto no hay un plan de reactivación económico. En materia institucional, se propone como candidato a la Corte Suprema de Justicia a un juez federal cuyos antecedentes espantarían a cualquier político medio de una democracia medianamente estable ¿No era que había que vencer a y exterminar la casta?

            Tampoco la oposición se salva de sus responsabilidades. No solamente está fraccionada, sino que hasta ahora se presentan como alternativas del modelo extremo y de medidas súbitas de Milei quienes antes fracasaron en la administración del país. Lo que le permite livianamente al presidente tildar de comunista a todo aquel que no piense como él. Si se observa el panorama internacional, poco a poco y de diferentes colores políticos una nueva generación está sustituyendo por completo a otra: es el caso de Boric en Chile, que tiene 37 años, Luis Lacalle Pou en Uruguay de 49; Daniel Noboa en Ecuador de 36, Georgia Meloni en Italia, de 47; Isabel Díaz Ayuso en España, de 45, Mette Fredericsen de Dinamarca de 46 y el mismo candidato a vicepresidente para las próximas elecciones de los EE.UU, J.D Vance de 39 años. Tal como se observa, son líderes internacionales, de diferentes partidos e ideologías, que tiene en promedio entre 10 y quince años menos que la dirigencia argentina, pese a que también nosotros tenemos al gobernador de Rio Negro, Nacho Torres, de 36 años. Quiere decir, entonces, que para que surjan nuevos dirigentes es necesaria una inmediata renovación de los cuadros políticos, con la consigna de que la juventud por sí misma no alcanza; en el caso de todos los líderes y lideresas enumerados, la idoneidad también los acompaña.

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