De rutas, movimiento y juventud
En Salta es muy frecuente escuchar decir que, después de la Novena y la Procesión del Milagro, el año se pasa volando y las fiestas están al caer.
El calendario popular salteño funciona así. El año arranca con las lluvias y los calores. Los otoños, más tardíos, suelen ser de mañanas frescas y mediodías cálidos. Luego llega el invierno, que cada vez pareciera ser más corto: salvo por agosto que —con sus vientos— siempre se hace un poco largo. Y hoy, oficialmente, empieza la primavera.
Comienza la estación del reverdecer y el florecer, del buen tiempo y las primeras y ansiadas precipitaciones. El tiempo de los estudiantes que celebran su día y los novios que quizás hoy, como nunca, apuestan al amor más perenne.
Podrán cortar las flores pero jamás podrán detener la primavera: Esta frase, en sus diferentes acepciones, se popularizó durante la revolución en la China de Mao, pero rápidamente fue enarbolada por los movimientos reformistas del mayo francés, por la contracultura hippie en los Estados Unidos y, por supuesto, también se convirtió en una proclama siempre presente en la comprometida juventud argentina. O la que usó el peronismo, la nomeolvides.
No se puede detener la primavera ni tampoco, por más que algunos se empeñen, sustraer a las nuevas generaciones sus convicciones y sus propósitos. Los jóvenes tienen tanto el derecho como la potencia de pensar y luchar por el mundo que sienten que merecen.
Como decía el manifiesto de la Reforma Universitaria de 1918, la juventud vive siempre en trance de heroísmo.
Pienso estas líneas luego de un infortunio que por mis funciones correspondía hacer de público conocimiento:
Volvíamos a Salta luego de una agenda cargada de gestiones en Buenos Aires. Transitábamos la autopista que conecta Buenos Aires y Rafaela cuando un motociclista, aparentemente, no advirtió que disminuíamos la velocidad para tomar una salida y nos embistió.
El muchacho, que prudente llevaba los elementos de protección adecuados, sufrió algunas lesiones leves y afortunadamente —si cabe la palabra— ya recibió el alta. Nos quedamos allí hasta que la Policía y los médicos nos dieron la tranquilidad que solo quien ha sufrido un accidente sabe que precisa para seguir.
Ya estamos en Salta. Pasó el susto. Los fierros se arreglan y a Bernardo —así se llama el motociclista— se repone de sus dolencias.
De todas formas, a veces los infortunios disparan reflexiones que trascienden a la mala anécdota. La familia preocupada, los amigos, los compañeros… Los retos y los pedidos de andar menos en la ruta, de cuidarse más. La primavera será la oportunidad.
Surcar las rutas en la política y en la función es constitutivo de la actividad que he abrazado toda mi vida. Porque entiendo que se trata del cara a cara, porque muchos problemas se gestionan con la insistencia del contacto directo, porque la única manera de achicar las distancias entre la gente es moviéndose y estando cerca del otro.
Porque entiendo que una provincia y un país federal se construyen recorriéndolos con el cuerpo. Porque una cosa es viralizar un video en las redes sociales y otra cosa es pisar el territorio, donde las necesidades apremian y hay que materializar las soluciones.
Mientras regresábamos a Salta fue imposible que con mi amigo y compañero César “el Oveja” Álvarez no pensáramos en las historias de toda una vida militando juntos. De tantos golpes recibidos, de tantos momentos de incertidumbre. Pero, sobre todas las cosas, de cómo hemos asumido las adversidades y las enfrentamos desde las convicciones más profundas.
En la vida uno aprende a lidiar con el paso de los años y los achaques del cuerpo, a cuidarse más y evitar riesgos. Pero lo que no hay que hacer es dejarse aquietar por el miedo. Nada más reaccionario que el miedo. La falsa seguridad de no hacer nada por las dudas, de pensar que con lo hecho es suficiente.
La juventud es un estado del alma, un estado en movimiento que trasciende las formas y el tiempo. Bienvenida primavera para seguir moviéndonos.
Hasta la próxima.
Te puede interesar
Mensajes
Múltiples mensajes transitaron estos días en que la Iglesia Católica dedica a celebrar la venida del Hijo de Dios al mundo. Son las jornadas en las que las familias argentinas se reúnen, dedicando tiempo para expresar afecto entre sus miembros y allegados. Todos forman parte de una comunidad que está atravesada por carencias e incertidumbres.
Prioridades
La educación salteña no resultará indemne del ajuste que contiene el presupuesto nacional que se tramita en el Congreso. Cuando aún resta la media sanción del Senado, la ministra provincial del ramo advirtió que “cualquier recorte en educación es tremendo”.
Glaciares
Sin agenda de temas de urgencia para el Poder Ejecutivo, la Legislatura se abocó a una cuestión que debería estar movilizando un debate social generalizado en una provincia cordillerana. Se trata de la reforma de la llamada Ley de Glaciares, que será tratada en el Senado de la Nación en febrero, para lo que ya cuenta con dictamen.
Panorama
Comienzan a correr las horas más rápidas del año. Muchos se han despojado de la carga que aún llevaban, al entender que se agotó el tiempo de alcanzar objetivos pero queda el tramo de determinar en qué punto cierra 2025.
Cuando no gustan los datos, se los apaga: turismo, INDEC y una mala señal institucional
La decisión de desfinanciar mediciones oficiales vuelve a abrir un debate de fondo: sin estadísticas confiables no hay políticas públicas ni desarrollo posible.
Debate
Crujió la estructura institucional pero el debate legislativo puso de relieve el origen de los ruidos, tanto a nivel provincial como nacional. En el primer caso fue durante el tratamiento de sendos proyectos que aprueban acuerdos entre Salta y Catamarca, destinados a salvar dificultades generadas en diferencias limítrofes. En el Congreso, Diputados postergó la votación de un proyecto de ley básico para atornillar principios que sostiene la política libertaria.