En la madrugada del miércoles vandalizaron la sede del PAMI en La Caldera, lugar en el que 50 abuelos todos los días reciben su almuerzo. Según contó en Aries el periodista local, Daniel Colque, los daños se produjeron por un grupo de adolescentes conocidos en la zona.

Rompieron las instalaciones sanitarias, ensuciaron las paredes con materia fecal, entre otros repudiables hechos.

No obstante al hecho policial contra el lugar, el trasfondo de esto desnuda una problemática que tiene a una madre en vilo temiendo por su  vida.

Uno de los chicos es un conocido delincuente en La Caldera, tiene en su  haber muchos antecedentes por robo y daños a la propiedad. “Tiene un tutor legal, se le escapa y trae a sus amigos de Salta Capital del mismo hogar donde dicen que se reinsertan”, expuso Colque.

La madre  de este chico fue a pedir ayuda y la respuesta que obtuvo del fiscal que intervino en la causa habría sido: “Es menor de edad, lo tienen que largar”.

“Cada vez que está en un lugar de contención La Caldera está en paz, nadie roba, se escapó de este hogar en donde tiene tutor y volvió a hacer quilombo a La Caldera y trae a sus amigos”, señaló, y agregó que los daños hechos en la sede del PAMI fueron por “gusto”.

El adolescente fue encontrado por un grupo de vecinos en la ribera del río, durmiendo sobre un colchón que robó a su madre.

El periodista describió que los vecinos están cansados y lamentó  que aún la misma policía siente impotencia porque al tratarse de un menor, “están atados de pies y manos”.

La  madre del adolescente pide que lo encierren en un hogar en barrio Castañares porque allí está contenido, teme por su vida  y la de sus otros hijos ante la manifiesta amenaza: “Me llevan y te cago matando”.