La sesión de Diputados naufragó en pleno debate de la creación de universidades

A duras penas el oficialismo había logrado alcanzar el quórum para iniciar, tras dos postergaciones y 96 minutos después de la hora prevista, una sesión que solo pudo extenderse poco más de una hora. El debate hasta entonces había sido un verdadero escándalo.

Argentina 01/12/2022

SESION 1 de dic

En el marco de un debate caótico en torno a la creación de ocho universidades, con una oposición parada junto a sus bancas y a los gritos, fracasó este jueves la sesión especial convocada por el oficialismo. Fue al cabo de poco más de una hora y media de sesión, cuyas características escandalosas quedarán en el recuerdo, y que se inició luego de que tres veces se reprogramara su inicio.

Esa fue precisamente la razón por la que la oposición consideraba inválida la misma y la que los hizo ingresar al recinto más tarde de lo habitual.  

El caos se desató a partir de que la presidencia de la Cámara anunció la decisión de votar el temario de inmediato y a mano alzada, con lo cual postergó la inclusión de cuestiones de privilegio, herramienta con la que la principal oposición tenía como objetivo alargar indefinidamente la sesión. ¿De qué manera? Es que prácticamente todos los diputados de Juntos por el Cambio pretendían anotarse para expresarse y así dilatar in eternum el avance de esa sesión.

La maniobra oficialista desató la ira de la principal oposición, que se dedicó a partir de entonces a protestar a los gritos, tratando de impedir el desarrollo de la sesión. Lo sufrió en carne propia la miembro informante del oficialismo, Blanca Osuna, que arrancó gritando a viva voz su discurso. “Tal cual plantea el reglamento -remarcó al comenzar-, vamos a dar tratamiento de la creación de universidades nacionales para la República Argentina. Estamos haciendo una labor cuya atribución nos otorga la Constitución nacional”, señaló entre aplausos del oficialismo.

Cecilia Moreau trató infructuosamente durante el tiempo que duró la sesión de llamar a silencio a la oposición. “¿Qué tomaron?”, les preguntó de entrada ante los gritos destemplados a los diputados opositores. “Violentos, violentos”, gritaban desde el oficialismo, mientras la presidenta del Cuerpo -que más temprano había visto frustrada la sesión preparatoria en la que iba a renovar su mandato al frente de la Cámara-, hacía malabares para encauzar la sesión. “No me trate de tonta, Wolff, no me subestime”, lanzaba, al tiempo que le pedía calma a Fernando Iglesias, prometiéndole darle luego la palabra. (Parlamentario)

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