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Desaparecido por la dictadura en 1977 junto a su familia, Héctor Oesterheld es uno de los más grandes escritores que dio el mundo de la historieta en Argentina.
Sociedad02/05/2025Con el estreno de la serie basada en El Eternauta, dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín, vuelve a estar en agenda una de las historietas de ciencia ficción más influyente de la Argentina. Su creador, Héctor Germán Oesterheld, militante montonero, fue desaparecido por la dictadura de Jorge Rafael Videla hace 48 años, junto a sus cuatro hijas, sus yernos y dos de sus nietos nacidos en cautiverio.
El 27 de abril de 1977, Héctor fue secuestrado en La Plata por un grupo de tareas de la dictadura cívico-militar. Tenía 57 años. Fue visto en El Sheraton (comisaría de Villa Insuperable), El Embudo y Campo de Mayo, pero su paso más documentado fue por el centro clandestino de detención, tortura y exterminio El Vesubio, en Aldo Bonzi, en un predio del Servicio Penitenciario Federal.
Allí, según el testimonio del psicólogo Eduardo Arias ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, Oesterheld se encontraba destruido. "Su estado era terrible. Permanecimos juntos mucho tiempo. Uno de los recuerdos más inolvidables que conservo de Héctor se refiere a la Nochebuena del ’77. Los guardianes nos dieron permiso para sacarnos las capuchas y para fumar un cigarrillo. Nos permitieron hablar entre nosotros cinco minutos. Entonces él dijo que por ser el más viejo de todos los presos, quería saludar uno por uno a todos los que estábamos allí. Nunca olvidaré aquel último apretón de manos. Tenía sesenta años cuando sucedieron estos hechos. Su estado físico era muy, muy penoso”, recordó. Fue una de las últimas veces que se lo vio con vida.
Para entonces, su familia ya había sido secuestrada. La primera en desaparecer fue su hija Beatriz Marta Oesterheld, el 19 de junio de 1976, a los 19 años. Su cuerpo apareció días después en Virreyes, provincia de Buenos Aires. Diana Irene fue secuestrada, dos meses después, el 7 de agosto de ese año. Tenía 23, un hijo de un año y estaba embarazada de cuatro meses. Marina fue secuestrada-desaparecida el 27 de noviembre de 1977 junto a su esposo, Alberto Seindlis, en San Isidro. Estela Inés, la mayor, fue secuestrada el 14 de diciembre de ese mismo año. Intentó escapar y fue herida de bala. A pesar de ser llevada al hospital de Adrogué, no se volvió a saber de ella. A su pareja Raúl “el Vasco” Mórtola, también lo masacraron a balazos después de intentar permanecer oculto en una vivienda.
La única sobreviviente fue Elsa Sánchez, esposa de Héctor. Después del secuestro de toda su familia, se sumó a Abuelas de Plaza de Mayo para continuar su búsqueda por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Murió en 2015, a los 90 años. Poco antes, con ayuda de sus nietos Martín Mórtola Oesterheld y Fernando Araldi, donó a la Biblioteca Nacional una valija donde había guardado textos manuscritos y proyectos de su marido que no pudieron ser destruidos por la furia de la dictadura militar.
Escribir hasta desaparecer
Héctor Germán Oesterheld nació en Buenos Aires el 23 de julio de 1919. Era hijo de Fernando Oesterheld, de origen alemán, y Elvira Ana Puyol, de raíces españolas y vascofrancesas. Si bien su pasión terminó siendo la escritura y el cómic, se recibió como geólogo en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Empezó publicando cuentos para chicos y notas de divulgación científica. Su primer cuento, Truila y Miltar, se publicó en 1943 en el suplemento literario del diario La Prensa, donde también trabajó como corrector. A partir de ahí, su camino fue el de la historieta.
Durante los años’ 50, Oesterheld desarrolló gran parte de su obra en revistas como Misterix, Hora Cero y Frontera, donde presentó a varios de sus personajes más emblemáticos: el piloto de pruebas Bull Rockett, ilustrado por el italiano Paul Campani; el Sargento Kirk, con dibujos de Hugo Pratt; y también Sherlock Time y Ernie Pyke. Hacia mediados de la década fundó la editorial Frontera, desde donde impulsó la publicación de la revista Hora Cero. Fue en ese espacio donde, en 1957, dio vida junto al dibujante Francisco Solano López a El Eternauta, una historieta que nació como un cuerto corto de apenas 70 viñetas y terminó convirtiéndose en su obra más trascendente.
Ambientada en Buenos Aires, la historieta toma como escenario la General Paz, el estadio de River, Plaza Italia y la estación Congreso de subte. En medio de una nevada mortal, una invasión extraterrestre obliga a un grupo de personas a asumir la resistencia como forma de vida. El protagonista, Juan Salvo, encarna la figura de un hombre común que asume la responsabilidad de actuar.
El propio Oesterheld lo resumió así en uno de los últimos reportajes que le realizaron antes de que lo secuestrara la dictadura militar: “El Eternauta se transformó en una larga historia, una suerte de adaptación del tema de Robinson Crusoe. Me fascinaba la idea de una familia que quedaba sola en el mundo, rodeada de muerte y de un enemigo ignorado e inalcanzable. Pensé en mí mismo, en mi familia, aislados en nuestro chalet y comencé a plantearme preguntas”.
Clandestinidad
En los años 60 se vio obligado a cerrar la editorial y emprendió otras historietas como Mort Cinder, con ilustraciones de Alberto Breccia, y La guerra de los Antartes, con dibujos de Gustavo Trigo, que saldría después en el diario Noticias. Allí trabajó junto al escritor y periodista Rodolfo Walsh, que era jefe de la sección Policiales, también desaparecido luego de enfrentarse a tiros el 25 de marzo de 1977 con un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Con el correr del tiempo su obra tomó mayor compromiso político, y a fines de los ’60 hizo una biografía en viñetas de Ernesto “Che” Guevara. La obra fue secuestrada por la dictadura poco después de su publicación
Oesterheld se había sumado a Montoneros y desde la clandestinidad, pudo finalizar El Eternauta II, que sumaría dos versiones más, una data de 1969 y la otra de 1976. En ellas el contenido político ya era manifiesto continuando la historia de Juan Salvo y Germán, viajeros en el tiempo desde 1959, donde lideran una resistencia armada en un Buenos Aires post-apocalíptico.
El Eternauta: la adaptación de una obra que no pierde vigencia
Durante años se intentó llevar El Eternauta al cine. Lo pensaron directores como Adolfo Aristarain, Fernando “Pino” Solanas y Gustavo Mosquera. En 2008, Lucrecia Martel aceptó el proyecto, pero se bajó en 2009 por diferencias con la familia. El director español Álex de la Iglesia también quiso hacerla, y llegó a hablar con Ricardo Darín para el protagónico.
Finalmente, la serie se concretó en 2025 bajo la dirección de Bruno Stagnaro. La historia mantiene su anclaje original en Buenos Aires y en la figura de Juan Salvo, ahora reinterpretado en un nuevo contexto, pero fiel al espíritu de la obra.
El Eternauta no solo es una historia de ciencia ficción. Es también una reflexión sobre lo colectivo, la resistencia y lo cotidiano frente a lo extraordinario. Y su autor, Héctor Germán Oesterheld, representa con su vida y su obra una de las voces más lúcidas que tuvo la narrativa popular en Argentina.
El escritor, periodista y guionista de historietas Juan Sasturain definió a Oesterheld como "un hombre que estuvo a la altura de lo que creía, de sus sueños", que "tuvo la capacidad de trasladar el género de la ciencia ficción a escenarios reconocibles porque entendía que la aventura no era algo que ya estaba escrito sino algo que había que generar en el tiempo".
"Era un escritor de aventuras, El Eternauta es el relato más poderoso que se ha escrito en este país, no hay ninguna historia que tenga la capacidad de significado y resonancia que tiene ese folletín. Eso no figuraba en el universo de la cultura, el reconocimiento fue muy posterior", agregó al tiempo que lo caracterizó como "el mejor escritor de aventuras que tuvo este país. Su revolución en cuanto a cómo debían ser las historias tuvo alcances universales".
Patricia Breccia, dibujante e historietista, hija de Alberto Breccia y hermana de los también dibujantes Cristina y Enrique, calificó a Oesterheld como "uno de los más grandes guionistas y escritores que dio el mundo de la historieta en Argentina". Y agregó: "Fue más allá de un guionista".
Perfil
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