Ante una ciudadanía que anticipó su opinión sobre la gestión que encabeza Alberto Fernández, se desató una crisis que el gobernador Gustavo Sáenz consideró que tiene una gravedad institucional muy grande. En su primera expresión pública, el mandatario salteño dijo a un canal de televisión metropolitano que si no se resuelve irá escalonando y repercutirá en los mercados y, por supuesto, la gente.  

Esa visión llevó que el gobernante provincial manifieste su apoyo a la institucionalidad a través de la persona del Presidente de la Nación, en su confrontación con su vicepresidenta Cristina Fernández. No es la primera vez que en la Argentina se registra esta puja y hay antecedentes cercanos que advierten sobre nefastas consecuencias; en 2001 desencadenó una de las crisis institucionales más difíciles del último medio siglo.  

El pronunciamiento del Gobernador fue contundente, como su alineamiento con una de las partes, confirmando lo que sostuvo en 2019 cuando puso su límite en la figura de la vicepresidenta. Además, demandó una autocrítica de la clase política en medio de un escándalo generado por la interna de la alianza gobernante, cuando a todas luces hay una demanda de la población respecto de un cambio en el rumbo que tiene el gobierno. Para la solución, en su opinión se debe conformar una gran mesa a la que también se siente la oposición, para acompañar políticas que permitan salir de esta situación.

En la misma línea se alinearon otros referentes de la política provincial. Con los matices propios de su posicionamiento político, senadores manifestaron una cerrada defensa de la institucionalidad. En la sesión del último jueves destacaron la importancia de defender las instituciones democráticas y evitar de ser arrastradas por una confrontación de intereses personales o sectoriales. Desde el propio peronismo se planteó que la importancia de aprender a vivir respetando la alternancia, que es otra columna del republicanismo.

Queda para la ciudadanía advertir cómo impacta un fracaso electoral en algunos grupos de poder. Es indicativo que la expresión de malestar ciudadano no fue interpretado cabalmente sino que es motivo para que una de las partes en conflicto aproveche para imponerse sobre la otra. El Gobernador de la Provincia reconoció que el Presidente de la Nación está en una situación de debilidad y debe salir fortalecido para superar el riesgo de profundizar el estado de ansiedad y tristeza de la gente.

En el cierre de una semana difícil, quedó como última palabra el anuncio presidencial que va a ordenar el gabinete para terminar con la discusión planteada por quien no tiene su misma responsabilidad, atendiendo a que el Ejecutivo es un poder unipersonal y allí ha pegado la crisis. 

Para la que viene, la atención debe desplazarse hacia el Congreso donde ya transita el Presupuesto 2022, la exposición más clara de una gestión de gobierno.

Salta, 17 de septiembre de 2021