La Justicia salteña protege a mafiosos
Si yo traigo un tipo a la radio, lo mato a trompadas y él se retira y me denuncia, a los 15 minutos tengo la policía en la puerta y voy detenido. Sin dudas que así sucedería. Sin embargo, hay un hombre al que metieron dentro de una oficina, le cerraron la puerta, dos individuos lo golpearon sin contemplaciones hasta que un tercero– que participaba mirando – paró la golpiza. Nadie muestra urgencia por resolver este caso.
El hombre agredido fue a la comisaria, hizo la denuncia, se hizo ver por el médico, que constató las lesiones y se fue a su casa. Se inició una causa pero como los involucrados son esta gente mafiosa, la Justicia les permite que sigan actuando; que sigan generando terror a su víctima.
Hay amenazas a sus familiares y sobre su fuente de trabajo; es decir, le están pegando una ablandada peor que la paliza que le dieron ahí adentro. La Justica aún no citó a la víctima y uno se pregunta en qué estado llegará. Lo que se hace pareciera apuntar contra la persona que fue agredida.
Es legítimo dudar porque a los tres golpeadores todavía nadie los llamó, por lo que vale preguntar ¿hay una protección de la Justicia a los agresores? Yo creo que sí y es una cuestión que debiera revertirse; no puede ser que haya este grado de protección para algunas personas. Están dejando a la víctima en un estado de desprotección total frente a los delincuentes que hicieron esto. De esta manera se entiende por qué la gente no cree en la Justicia salteña.
La Fiscalía tiene que actuar en el acto, pero no es este el caso: se empezó por la víctima. ¿Cuál es la protección que se le da a una persona frente a la mafia que lo golpeó?
Es difícil aceptar lo que está pasando en la Provincia, donde se protege a Juan Esteban Romero - diputado electo con fuertes vinculaciones políticas- y a su secuaces el director de la Panadería Social, Emilio Fallón y el exfuncionario y excandidato a concejal, Aroldo Tonini, quien estaba presente en el acto y cerró la puerta. Es una locura lo que está pasando porque se le permite a un mafioso a seguir actuando de manera violenta y peligrosa.
A este muchacho, en su momento, lo habían metido preso; lo sacó su papá, el ex gobernador Juan Carlos Romero, quien por el incidente echó al Jefe de Policía. A la víctima de ese entonces, personas ligadas al ex Gobernador la apretaron para que no haga la denuncia. Finalmente, a Juan Esteban lo sacaron del país para que el hecho no se repita.
Ya es un hombre y sigue haciendo lo mismo; parece que estas tendencias violentas no se van ni las conductas mafiosas se abandonan.
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