Una desvergonzada exhibición de avaricia
A través de redes sociales como Instagram se difunden videos de obras del Gobierno Provincial, que ciudadanos describen, destacan su importancia pero las adjudican al Jefe de Gabinete. Un caso es el de un profesor que habla de un colegio nuevo y al final de su relato dice: Fernando Yarade.
Toda obra, en cualquier localidad, se realiza con plata nuestra pero el señor Fernando Yarade va, inaugura y le pone su nombre. ¿Qué está haciendo? ¿Nos está robando? Así parece porque la que se invierte es plata nuestra, del Estado. Pero este funcionario le saca un provecho político a esto.
Y el Gobernador, ¿para dónde está mirando? Ni siquiera dice Urtubey Presidente sino Fernando Yarade, quien pretende así llegar al poder. La gente que en principio lo apoya depende del propio Yarade y del Ministro de Economía quien -según dicen- es un peronista de la Cámpora.
Se dice también que aprieta a los intendentes para que lo apoyen como si ignorara que mientras están en el cargo, los intendentes apoyan pero que luego, el resultado de la elección muestra que a nadie le gusta que le aprieten de esa forma. Mucho más a los intendentes.
Repasemos mensajes publicados en los últimos días, en los que el gobernador Urtubey dice que le parece perfecto que el senador Juan Carlos Romero apoye a Yarade y en otros artículos, Romero destaca que le encanta que Urtubey apoye a Yarade. Cerrando el círculo, en declaraciones al Acople, programa que conducen Natalia Nieto y Diego Ferreyra, Fernando Yarade rescata la figura de Jorge Brito, el presidente del Banco Macro.
Queda demostrado que el Jefe de Gabinete tiene el apoyo de tres poderes: el del dinero, a través de Brito; el poder político de Juan Carlos Romero y el apoyo del candidato a presidente de los argentinos, Juan Manuel Urtubey. Con eso cree Yarade que puede ganar una elección pero no habla de la gente común.
Con el poder político y económico concentrado, ese grupo podría mantenerse 36 años en el gobierno de Salta. Esa sería la conclusión final: doce años de Romero, los doce de Urtubey y los próximos doce de Yarade. Con este esquema, se quedarían con todo y el protagonista sería Fernando Yarade, porque los otros dos ya no lo pueden ser. Sería triste la historia.
Corresponde, entonces, analizar los méritos propios de este funcionario porque en el peronismo no lo quieren y en el Centro Cívico Grand Bourg tiene serios problemas de comunicación interna. A las líneas con decisión les están imponiendo cosas diciéndoles que Yarade es el próximo conductor. Así se están manejando la administración del Estado.
Habiendo declarado públicamente su pretensión de ser gobernador y con la exhibición de poder que realiza, este hombre acaba de decirle a un periodista que no tiene decidido si va a ser candidato. Es una contradicción con el despliegue de afiches y todo otro recurso de promoción.
¿Alguien cree que eso se hace con voluntad o con mucho dinero? ¿Alguien sabe cuántos sueldos hacen falta para tener un solo cartel de esas características? Están en toda la Provincia y las estamos pagando nosotros; así de sencillo. Es una desvergonzada exhibición de avaricia y un acto de apropiación de lo ajeno.
Está bien que el ciudadano Fernando Yarade quiera ser candidato pero tiene que ser por fuera del Estado. Debe dejar el cargo de Jefe de Gabinete.
Tengo documentados los mensajes del gobernador diciendo que los candidatos no podrán serlo mientras permanezcan en la función pública. Quisiera hablar con el mandatario para ver si sigue pensando lo mismo o realmente ahora le interesa tres pepinos la oposición candidato-funcionario y deja que cualquiera haga lo que quiera.
Llamo a la reflexión al gobernador Juan Manuel Urtubey porque creo que es un hombre que en doce años, para bien o para mal, creó la idea de que su Gobierno no toleraba una utilización espuria de la función pública. Puesto en candidato a Presidente de la Nación no puede fallar en cosas tan relevantes y debe respetar el valor de la palabra.
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