Opinión Juan Manuel Urtubey 21/10/2024

Educación y Trabajo

Mientras la política y los políticos discutimos cuestiones de poder, la evidencia del fracaso de las políticas públicas se refleja en cada uno de los aspectos de nuestra vida cotidiana.

Llevamos casi diez años sin generar empleo genuino en blanco. Desde 2015, las estadísticas relativas al empleo nos muestran una fuerte retracción en la creación de puestos de trabajo como consecuencia de los políticas económicas que limitan el crecimiento de la generación de trabajo.

De acuerdo a estadísticas oficiales, a julio del presente año, hay registrados en el mercado laboral privado 6.206.975 personas, lo que representa casi un 3% menos que el año pasado. 

El dato interanual nos indica el impacto de los cambios experimentados en el último año, pero si vamos al mismo mes del año 2015 vemos que la cantidad de trabajadores registrados en el país eran 6.223.407, lo que significa que hace 9 años había en Argentina 16.432 trabajadores más. Siguiendo con la premisa que gobernar es dar o más bien, generar trabajo, que pasen casi diez años sin generar puestos de trabajo es grave, y no es propio de una economía que funcione, pero teniendo en cuenta el crecimiento vegetativo de estos años, podemos entender la gravedad del problema de tener menos trabajadores registrados en el nuestro país. 

Esto tiene una explicación, en estos últimos nueve años, el tamaño de nuestra economía cayó, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo cerca del 10%, con correspondiente incapacidad de la economía argentina en generar puestos nuevos de trabajo. Se produce menos y esto demanda, lamentablemente, menos trabajadores.

Entre los empleos que más cayeron debemos hablar de la construcción, un 20% y la industria manufacturera, 7%.

A pesar de lo dicho, debemos decir que aumentó la cantidad de monotributistas, el monotributo social y también  la cantidad de empleados públicos, que paso de 3 millones cincuenta mil en julio de 2015 a casi de 3 millones cuatrocientos cincuenta mil en julio de este año.  

Aunque en algunas actividades creció el empleo, no fue lo suficiente como para compensar la fuerte caída en la actividades mencionadas, entre otras.

Para revertir este camino se necesita del Estado, contrariamente a lo que sostiene el actual gobierno, un Estado que debe cumplir, de una buena vez, con sus misiones básicas, garantizando la defensa del patrimonio común, la seguridad de los ciudadanos, la educación y la salud. Ofrecer seguridad jurídica y previsibilidad que aliente la inversión y con ella la generación de trabajo.

Entre todas estas importantes misiones, la educación es clave. La educación nos hace mejores, la educación nos integra, la educación nos hace libres.

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