“Es un día triste para Argentina, implica un retroceso en materia de Derechos Humanos. Esta idea de desmantelar el Estado y desarmar el INADI y otros organismos implica dejar a la población desamparada, que se vuelvan a invisibilizar  muchas problemáticas que tienen que ver con la discriminación y la violencia”, aseguró Gustavo Farquharson – ex delgado del INADI en Salta y actual concejal capitalino – al ser consultado por la decisión de Javier Milei de cerrar el organisimo.

Explicó, en este sentido, que al momento de dejar el cargo se fue con el convencimiento de que es necesario tener un Estado que trabaje para tener una sociedad inclusiva y respetuosa.

“Argentina siempre fue un país de avanzada en DDHH”, señaló Farquharson, y consideró que, si hay organismos que no funcionan, la tarea es mejorarlos; “hay una gran diferencia con cerrarlos. Creo que es un organismo fundamental. Se subestima la discriminación, pero se generan grandes consecuencias para las personas que la sufren”, indicó.

A modo de ejemplo, recordó que la primera denuncia que recibió cuando asumió en el cargo fue la de una joven toba de 18 años a la que un profesional no quiso atender en el hospital de Tartagal, poniendo en peligro su vida.

“El cierre del INADI nos devuelve 30 años atrás”, consideró.

Explicó, además, que la lógica del desarme estatal que propone La Libertad Avanza significa un retroceso que apunta al regreso de la “ley de la selva”; impera la voluntad y los más vulnerables son arrojados a la marginalidad sin la garantía de sus derechos más básicos, observó.

“El INADI tenía poco presupuesto, hay que decirlo, la delegación Salta tenía 4 personas; ahora, yo prefiero tenerlo que no tenerlo. No es la solución cerrar”, finalizó Farquharson.