La misión lunar japonesa de Ispace fracasó por un fallo en el sistema de aterrizaje

El vehículo, desarrollado por la firma ispace, perdió contacto poco antes de completar su descenso en la región Mare Frigoris de la Luna.

El Mundo06/06/2025

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La empresa japonesa ispace confirmó este viernes el fin de su segunda misión lunar, luego de perder el contacto con su módulo de aterrizaje Resilience durante la fase crítica del descenso. El aparato debía alunizar a las 19:17 GMT del jueves, pero los ingenieros no lograron restablecer comunicación tras una maniobra que, según datos preliminares, habría terminado en un alunizaje forzoso.

“A las 8:00 hora local (23:00 GMT del jueves), los controladores de la misión determinaron que es improbable que se restablezca la comunicación con el módulo de aterrizaje y, por lo tanto, no es posible completar el paso Success 9. Se ha decidido concluir la misión”, anunció ispace en un comunicado.

La misión tenía como objetivo convertir a Resilience en el primer módulo privado japonés y asiático en llegar con éxito a la Luna. El módulo llevaba a bordo un Micro:Rover europeo, varios instrumentos científicos y una serie de experimentos internacionales, incluida una estructura artística llamada “Moonhouse”.

El descenso comenzó como estaba previsto. A las 3:13 hora local del viernes (18:13 GMT del jueves), el centro de control en Tokio envió las órdenes para iniciar la maniobra. El módulo descendió desde una altitud aproximada de 100 kilómetros hasta los 20 km y encendió su motor principal para frenar la velocidad, según explicó ispace.

“Hemos confirmado que la posición del módulo de alunizaje se desplazó hasta quedar casi vertical. A continuación, se perdió la telemetría y no recibimos datos que confirmaran su aterrizaje”, explicó el fundador y director ejecutivo de ispace, Takeshi Hakamada, durante una rueda de prensa.

El análisis preliminar sugiere que un fallo en el telémetro láser, encargado de medir la distancia a la superficie lunar, impidió que el módulo desacelerara lo suficiente. “El módulo probablemente realizó un aterrizaje brusco en la superficie lunar”, señaló la empresa.

Los ingenieros intentaron reiniciar el sistema tras la pérdida de señal, pero no lograron reestablecer contacto. Ante esta situación, ispace dio por finalizada la misión y se comprometió a analizar los datos disponibles para identificar la causa del fallo.

Esta era la segunda misión lunar de ispace. En abril de 2023, la compañía también perdió comunicación con su módulo durante la fase final del descenso, lo que resultó en otro intento fallido.

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La misión actual, conocida como Hakuto-R Mission 2, fue lanzada en enero a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde Estados Unidos. Resilience entró en órbita lunar a comienzos de mayo y orbitó con normalidad hasta el momento del intento de alunizaje.

El módulo debía aterrizar en la región lunar conocida como Mare Frigoris, en el hemisferio norte del satélite. Su carga incluía el microrrover Tenacious, desarrollado por ispace Europe en Luxemburgo, y otros instrumentos como un electrolizador de agua para producir oxígeno e hidrógeno, un experimento de producción de alimentos, y una sonda de radiación espacial profunda.

También estaba previsto que Resilience recogiera dos pequeñas muestras del suelo lunar para venderlas a la NASA por 5.000 dólares. Esta transacción formaba parte de una iniciativa de la agencia estadounidense para fomentar la participación del sector privado en la exploración lunar.

Hasta ahora, solo dos empresas privadas han logrado llegar a la superficie de la Luna sin que sus naves exploten: las estadounidenses Intuitive Machines y Firefly Aerospace. Sin embargo, dos de los tres módulos enviados por esas compañías no lograron posarse en la orientación correcta, lo que limitó sus operaciones.

“Confiamos en nuestros preparativos”, había dicho Hakamada antes del intento, y aseguró que la empresa había aprendido de los errores cometidos en su primer intento en 2023.

Los alunizajes son maniobras extremadamente complejas debido a la falta de atmósfera en la Luna, lo que impide el uso de paracaídas. Las naves deben descender utilizando propulsores y con un alto grado de precisión.

El equipo de control de la misión en Nihombashi, Tokio, siguió los procedimientos con normalidad y transmitió la operación en directo a través de internet. Sin embargo, unos 20 minutos después de la hora programada para el alunizaje, los comentaristas indicaron que aún no se había confirmado contacto con el módulo. Poco después, la transmisión se interrumpió sin novedades.

La misión tenía un fuerte componente simbólico y tecnológico. Además de las cargas útiles científicas, transportaba una pequeña estructura llamada “Moonhouse”, diseñada por el artista sueco Mikael Genberg como símbolo de presencia humana en la Luna.

A pesar del fracaso, ispace reafirmó su compromiso con la exploración lunar. “Nuestra máxima prioridad ahora es analizar con rapidez los datos de telemetría obtenidos y trabajar diligentemente para identificar la causa”, concluyó Hakamada.

Con esta nueva tentativa fallida, Japón sigue sin lograr que una empresa privada nacional complete con éxito un alunizaje, aunque su agencia espacial estatal, JAXA, sí lo consiguió en enero de 2024.

Con información de AFP y EFE

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