“Tener un grifo en el patio, donde nada patos y se revuelcan los chanchos, es la infraestructura que tiene la mayoría de las familias originarias del norte”, sostuvo – por Aries – Alejandro Deane, presidente de la fundación Siwok.

Explicó que, lamentablemente, no se cuenta ni siquiera con una infraestructura de reserva y que muchos aspectos de la vida cotidiana presentan la misma característica: es todo a corto plazo.

“No hay una auditoría sobre nada, siquiera, y la única manera que tiene la gente de reclamar y hacerse escuchar es cortar la ruta”, aseguró el referente.

En este marco, el especialista señaló que la zona del Pilcomayo concentra gran parte de la población originaria de la provincia y allí se ve claramente que no existe una planificación especial en cuando a la calidad educativa. 

“Creo que ahí residen las mejoras y el éxito en el tema de la nutrición y la mortalidad infantil. Lo que pasa es que nadie quiere ponerle cascabel al gato; sacar un ingeniero o un médico lleva muchos años y, en realidad, todos quiere cortar la cinta del salón, pero nadie quiere invertir ahora que para que otro funcionario, en 15 años, saque un ingeniero agrónomo wichi”, finalizó Deane.