El pasado miércoles, en horas de la tarde, un gomón naufragó en el Río Bermejo y aun se desconoce cuántas personas desaparecieron en las crecidas aguas. Algunos testigos relataron que incluso niños viajaban en la precaria embarcación. 

“Es parte del panorama común el trabajo en los gomones; la gravedad del asunto es que esta industria ilegal no existiría sin el amparo político de la zona”, disparó – por Aries – Samuel Huerga, periodista y docente de Orán; “es una aduana paralela que tiene como riesgo principal la vida de los trabajadores pobres”, completó.

Según explicó, la actividad, más allá de ser ilegal, está regulada por el Estado al tan punto de Gendarmería Nacional conoce fehacientemente dónde están ubicados los pasos o la misma actividad de gomones; curiosamente, señaló el periodista, el paso fronterizo legal entre Argentina y Bolivia se encuentra cerrado por cuestiones sanitarias.

“¿Entonces, qué hacia esta gente pasando ida y vuelta entre ambos países?”, cuestionó Huerga.

Por caso, continuó, en la playa de transferencia de Orán pueden verse camiones y colectivos provenientes de Mendoza que esperan la mercadería proveniente de Aguas Blancas; todas esos productos pasan la frontera en estos gomones debido a que las chalanas – que sí están reguladas – no funcionan por el cierre de fronteras mencionado.

“Es una industria;  si esto no existe Orán desaparece porque no hay forma de sostener 6000 puestos de trabajo, son grupos de desocupados los que se dedican a la actividad”, indicó el periodista y finalizó: “El que se juega la vida es el que tiene que salir a trabajar con los hijos, eso explica qué hace un bebe de meses subido a un gomón”.