Gustavo Solís, intendente de Rosario de la Frontera, anunció que, “ante la impericia y la falta de cumplimiento” por parte de la empresa concesionaria, el propio Municipio – junto a la Provincia – se ofreció para administrar Aguas Palau.

“Decidimos salir de la pasividad, entrar y formar parte de la solución viendo que tampoco había otras alternativas”, detalló el jefe comunal y adelantó que la idea es construir una empresa estatal analizando los procesos y estableciendo reglas claras para que esta no sea una empresa más del Estado “que no funciona”.

No obstante, advirtió que hay una firma privada interesada en la tarea pero que pidió tiempo para analizar la situación, por lo que, para la conformación de la empresa estatal deberán esperar unas semanas.

Por otro lado, respecto al fracaso de la concesionaria anterior, el Intendente consideró que se debió a se trata de “personas improvisadas”, “empresarios que se dedican a otra cosa y que pensaron que vender agua era llenar botellas y salir a la calle”, disparó.

Para Solís, muchas veces el Estado genera procesos donde se le da pie a especuladores para “tirarse una taba” y, cuando los proyectos no rinden las ganancias esperadas, “tiran la toalla y se van como si nada pasara”.

Asimismo, el jefe comunal advirtió que la Provincia debería actuar ajustada a la ley y hacer cumplir los cargos de la concesión.

“Que paguen con su patrimonio la deuda con los empleados y por los daños que generaron a la historia y a la actualidad de esta planta”, consideró.

Para finalizar, el Intendente dijo estar al tanto de que hacerse cargo de Aguas Palau puede significar un problema, pero tampoco puede quedarse el Municipio sin actuar dado que es un tema que compete a todo el pueblo de Rosario.

“No queremos poner en riesgo nuestra gestión municipal; estamos avanzando, hay que resolver si la empresa interesada se puede hacer cargo, ojala así sea y esto pase a ser historia”, concluyó.