El Hospital San Bernardo impulsa una encuesta clave sobre decisiones al final de la vida
El Comité de Bioética del Hospital San Bernardo impulsa un relevamiento sobre cómo quieren vivir y morir los salteños frente a enfermedades graves o terminales.
El Hospital San Bernardo, a través de su Comité de Bioética, puso en marcha una encuesta denominada “Decisiones ante el final de la vida”, con el objetivo de conocer qué piensan los salteños sobre temas como directivas anticipadas, planificación de cuidados y tratamientos en etapas avanzadas de enfermedad.
“El estudio está destinado a cuatro grupos: integrantes del equipo de salud, pacientes, familiares y cuidadores, y también a la población general”, explicó el nefrólogo y vicepresidente del Comité de Bioética del San Bernardo, doctor Jorge Lauxmann, en “Pasaron Cosas”.
Según detalló, el cuestionario busca saber si las personas conocen las llamadas directivas anticipadas, si alguna vez hablaron de estos temas con su familia y si los profesionales de la salud se sienten preparados para comunicar malas noticias o situaciones de final de vida. La encuesta se completa en unos cinco o seis minutos.
Lauxmann recordó que en Argentina existe la posibilidad legal de dejar por escrito la voluntad de cada persona para el caso de no poder decidir por sí misma. “Las directivas anticipadas permiten decir: ‘Llegado el caso en el que yo no pueda manifestar mi voluntad, quiero o no quiero tal cosa para el cuidado de mi salud’. Por ejemplo, respirador, ingreso a terapia intensiva, cirugías o reanimación en una enfermedad terminal en etapa avanzada”, explicó.
Estas decisiones, señaló, se relacionan con lo que se conoce como medidas de soporte vital: respirador para reemplazar la función de respirar, sondas para alimentarse, sueros o sondas para hidratarse. “Son cosas que vemos todos los días en el hospital, pero que en muchos casos solo prolongan artificialmente la vida cuando ya no hay posibilidades de revertir la enfermedad”, aclaró.
El médico subrayó que no se trata de dejar de usar estas herramientas, sino de aplicarlas de manera adecuada. “No estamos planteando que no se utilicen las medidas de soporte vital. Son fundamentales en muchos cuadros, en accidentes o enfermedades agudas. Lo que la ley permite es que, en enfermedades terminales o gravemente incapacitantes, el paciente pueda decir: ‘Yo no quiero esta medida de soporte vital’”, sostuvo.
Lauxmann explicó que estas decisiones pueden plasmarse en un documento que funciona como una especie de “testamento vital”, con validez legal. Puede hacerse ante escribano o quedar asentado en la historia clínica del paciente, firmado por el equipo médico y dos testigos.
La normativa también permite nombrar un representante para la toma de decisiones en salud. “A veces una persona prefiere que decida un hermano, un amigo de toda la vida y no necesariamente un hijo o su pareja. La ley contempla que uno pueda designar a un representante legal para esos casos”, dijo el especialista.
Ese representante no puede ir en contra de lo que el paciente haya dejado por escrito. “Su función es decidir en situaciones que no estaban previstas en las directivas, pero siempre respetando la voluntad ya manifestada”, precisó Lauxmann.
En la práctica, estos documentos cobran importancia cuando aparecen complicaciones no esperadas. El médico contó el caso de una mujer mayor, con cáncer avanzado, que había dejado escrito que no quería terapia intensiva ni respirador. “En el medio se cayó en el baño, se fracturó la cadera, algo no ligado directamente a su cáncer. Por suerte estaba lúcida y pudo decir que no quería operarse. Si no hubiera podido decidir, hubiese sido clave contar con un representante nombrado por ella para resolver qué hacer”, ejemplificó.
El especialista remarcó que cualquier persona adulta puede rechazar tratamientos, incluso en enfermedades graves como el cáncer. “El Estado no obliga a nadie a tratarse en contra de su voluntad. En mayores de edad, la palabra del paciente es central”, recordó.
La encuesta del Comité de Bioética puede responderse mediante un código QR disponible en la página del Hospital San Bernardo y en las salas de espera del nosocomio, y el objetivo es alcanzar al menos 1.600 respuestas hasta fin de mes. “Queremos saber qué piensa nuestra sociedad sobre estas cuestiones para poder orientar mejor la información, la educación y la formación de los equipos de salud”, concluyó Lauxmann.
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeqsoGbg8QQgvK6up5HN2NEBpHcMyXgNZgiBY3q8TEef3WJ1Q/viewform
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