A los constantes ataques contra los colectivos de Saeta, ahora Lusal sumó denuncia policial por un brutal ataque con armas blancas y piedras ocurrido a plena luz del día en el límite entre barrio Solís Pizarro y Atocha. 

El hecho sucedió el martes durante la siesta, cuando una cuadrilla de la empresa respondió al pedido de los vecinos para reparar una luminaria. Cuando los trabajadores realizaban la reparación, un grupo de cinco personas se acercó, los insultó y hasta esgrimieron un arma blanca exigiéndole todas sus pertenencias. 

Uno de los operarios, mientras trataba de resguardarse en la camioneta, sufrió puntazos en la mano y las piernas. Y como si fuera poco, cuando se retiraban de la zona, fueron apedreados y el móvil quedó destrozado.  

El gerente de Lusal, Emilio Tuñón, afirmó que la prestación del servicio se volvió “riesgosa” por la peligrosidad de los barrios y dijo que las medidas que tomó la policía para resguardar la integridad de los trabajadores “no son efectivas”.