Nacional sabía que era necesaria una muestra de temperamento para salir a igualar el partido. El tumulto con gresca incluida entre los jugadores de ambos planteles generó en el segundo tiempo un clima de tensión, de la que los uruguayos sacaron ventaja. Comenzaron a presionar y a generar situaciones. 

Tras algunas tapadas de Armani y situaciones desperdiciadas, el primer gol de Nacional llegó a los 77 minutos y 14 segundos. Fue por intermedio de un penal (mano de Enzo Díaz) que ejecutó Gonzalo Carneiro y el arquero no pudo adivinar. A los 78 minutos y 26 segundos, el mismo futbolista marcó el segundo de cabeza.

Sí, a un gol y otro apenas los separan apenas 72 segundos, una clara muestra del cimbronazo que vivió el equipo de Demichelis, avasallado por el ímpetu de los locales. Pasado ese momento, Nacional siguió intentando ya no con mucha claridad y River tuvo alguna chance de contragolpe. 

Todo lo que construyó a lo largo del primer tiempo, donde sacó la diferencia, se terminó desmoronando por una excesiva cesión del protagonismo y un significativo retraso en la cancha, que terminó pagando caro.

Finalmente fue empate en el Gran Parque Central y, de esta manera, River no pudo abrochar su clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores, lo que intentará en la fecha cinco, cuando reciba a Libertad de Paraguay.