Por cuarto año consecutivo el Colegio de Escribanos de la Provincia de Salta presentó su concurso literario, organizado con el apoyo de la asociación Lecturarte y la Academia de Literatura Infantil y Juvenil, en el marco del Abril Cultural Salteño.

“Este año se pensó en el género epistolar, en que nuestros adolescentes y jóvenes puedan escribir una carta a un adulto mayor. Este género epistolar es muy intimista, es muy importante porque saca a relucir nuestras emociones, nuestros sentimientos sobre ese adulto mayor. Y también es posible que la carta pudiera ser escrita por un adulto mayor dirigida a esta sociedad actual”, detalló por Aries Gilda Dip, una de las juezas en el concurso.

Pueden participar estudiantes de nivel secundario en dos niveles: 1, 2 y 3 año y 4 y 5 año, y los adultos que asisten a los Bachilleratos Salteños para Adultos (BSPA). 

“El año pasado se había determinado que los premiados fueran publicados, así se solicitó autorización a los autores y al ser menores de edad se les preguntó a los padres si se podía publicar esos trabajitos. Aparte siempre hay un premio material. Es un trabajo con seudónimos, no sabemos a quién estamos corrigiendo ni a quién estamos leyendo ese trabajo”, explicó Dip.

Sobre la temática

“Te quiero decir…” es la llave que abre las puertas de este concurso que da lugar al género epistolar para escribir a los abuelos o personas mayores, en una carta abierta, todo aquello que no nos animamos a expresar con nuestra voz. La propuesta pretende despertar en los jóvenes lo que un adulto mayor siente en una sociedad cada vez más fría, expeditiva y alejada de las necesidades afectivas de la tercera edad, o puede ser el joven quien le escriba a un abuelo contándole de sus emociones, o una carta que le ponga voz a las emociones de un abuelo, o una persona mayor hablando a la comunidad acerca de sus necesidades.

“Te quiero decir…” es proyectar las emociones por nuestros mayores en una carta abierta, donde se pueda recuperar el valor por la tercera edad, la escucha a esos maestros de la vida que muchas veces se encuentran sentados en un rincón en alguna plaza, viendo pasar la vida en una soledad cada vez más grande.