Política10/04/2024

Gobierno y CGT: luz verde para una reforma laboral “light” y promesa de homologar paritarias

Guillermo Francos volvió a ponerse el traje de bombero político del Gobierno para recibir a la cúpula CGT. Hasta el martes, cuando llegó la invitación del Ejecutivo, la central obrera amenazaba con convocar un segundo paro general.

Después de casi tres horas de una reunión los jefes sindicales se fueron de la Casa Rosada dispuestos a participar de una mesa de diálogo permanente con el Gobierno y a apoyar cambios acotados en la legislación laboral, pero reclamaron a cambio al Ejecutivo que acelere la homologación de acuerdos paritarios que no aprobó, como el caso de Camioneros.

Para el Gobierno representa un reseteo en su vínculo con los gremios que se paralizó tras el mega DNU, cuyo capítulo laboral fue frenado por la Justicia tras el amparo presentado por la CGT. "Ellos sí la ven", solía repetir en privado el Presidente sobre los jefes gremiales.

Francos, que por la mañana recibió a los jefes de los bloques "dialoguistas" en el Senado, no estuvo solo en la cumbre con sindicalistas en el Salón de los Escudos: lo acompañaron sorpresivamente el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el secretario de Interior, Lisandro Catalán, y el flamante secretario de Trabajo, Julio Cordero. El ministro del Interior fue el primero en irse en el medio de la crisis política que golpea al bloque del oficialismo, aunque en su entorno aclararon que tenía otro compromiso.

Prueba del viraje en el vínculo entre gremios y el Gobierno fue la presencia del principal asesor del Presidente, Santiago Caputo. "No hay una decisión de tener un enfrentamiento ideológico ni intención demonizar a los sindicatos", dijo Caputo durante la reunión.

Entre los popes sindicales que acudieron la Rosada se contaron Héctor Daer, Carlos Acuña, Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Cristian Jerónimo (vidrio), Jorge Sola (seguros) y Hugo Moyano (Camioneros).

"Fue una reunión cordial. Fue la primera que tuvimos desde que se formó el Gobierno. Nosotros vamos a apoyar todo lo que sea razonable", dijo uno de los participantes del encuentro.

Los gremialistas prefieren hablar de modernización laboral en lugar de una reforma y sostienen que están dispuestos a apoyar cambios en materia las indemnizaciones (fondo de cese laborales), régimen de multas por despidos, y en la ampliación del período de prueba. El Gobierno ya descartó empujar un proyecto que limite la cuota sindical y se comprometió con el Ejecutivo a homologar las paritarias pendientes.

De hecho, Moyano, que reemplazó a su hijo Pablo en la reunión, se quedó en Balcarce 50 junto a Cordero y Daer, cuando la mayoría ya se había ido, para terminar de darle una solución al acuerdo paritario de su gremio.

La cúpula cegetista también reclamó a los Posse, Francos y Caputo que todavía no mantuvieron una reunión con el Superintendente de Servicios de Salud Gabriel Oriolo, funcionario que llegó a su cargo de la mano del jefe de Gabinete. Mantienen sus reclamos por las deudas de Obra Social y para que el Estado se haga cargo de los tratamientos de discapacidad.

La posibilidad de un nuevo paro, que la comisión directiva de la CGT discutirá este jueves a solas, no se habló de la reunión, pero los jefes sindicales blanquearon que esa chance está atada a la suerte de que se apruebe el convenio de Camioneros. "Nos llamaron cuando hablamos de un paro, es obvio que les preocupa", analizó un líder gremial.

Los jefes de la central obrera no llevaron finalmente a Balcarce 50 el documento de 13 páginas Agenda para un nuevo contrato social entre los que se cuentan 17 ejes para aumentar la productividad y el empleo entre los que se cuentan cambios en Educación, política tributaria y coparticipación, entre otros.

El Gobierno no se hace cargo del todo del proyecto de ley de reforma laboral que adjudica a los radicales, quienes pretenden incluirlo en la discusión de la ley ómnibus que se dispone a debatir el Congreso. El Ejecutivo prometió enseñarles el articulado a los sindicalistas antes de avanzar en el Congreso..

El capítulo laboral del DNU 70 está frenado por la Cámara laboral y rompió la confianza incipiente que Francos había tejido con los sindicalistas contra los que el Presidente apuntó en su discurso frente a la Asamblea Legislativa el 1° de marzo. Cerca del Presidente reconocen que "fue un error" estratégico avanzar sin la venia de los gremios. "Seguimos dialogando con todos los sectores y trabajando para la construcción de consensos que nos permitan llevar adelante las reformas que necesita la Argentina", señaló Francos al concluir el encuentro.

Los gremialistas que concurrieron la Rosada habían recibido más temprano al bloque de senadores de UxP en la sede de la central obrera. Daer celebró la articulación entre el bloque peronista y la central obrera y llamó a fortalecer en el tiempo esa alianza. Por la tarde, las señales fueron distintas.

Clarín

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