Los primeros días de mayo, los jueces de la Sala III del Tribunal de Juicio condenaron a la pena de prisión perpetua a Micaela Colque de 25 años, madre de Francesca, una bebé de un año y nueve meses que murió bajo su custodia. El cuerpo de la criatura presentaba un estado de desnutrición severo y signos evidentes de malos tratos.

En Día de Miércoles la titular de la fundación PAPIS, Lucrecia Miller, se refirió a la causa por la que condenaron a Colque y lamentó que recién tomó conocimiento del caso a partir de su publicación en los medios de comunicación; por ello que, desde la fundación PAPIS intervinieron en el juicio, como defensores de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

“Lamentablemente el caso de Francesca lo conocimos cuando ella ya había fallecido, si la historia hubiera sido diferente tal vez la tendríamos todavía con nosotros”, reflexionó Miller.

La especialista relató cómo la bebé permaneció el primer año de vida bajo la custodia de una abuela paterna hasta que su madre biológica, solicitó su tenencia por medio de la justicia.

“La situación de Francesca era terrible, fue a parar a las manos de esta madre que ni siquiera a su familia le había dicho que la tenía, la nena estaba escondida en una habitación desordenada, sucia, permanecía mojada durante la mayor parte del día, una nena negada no solo por la familia sino también por el sistema, que debía haber garantizado su protección”, explicó Miller.

La causa de Francesca se judicializa cuando su progenitora solicita la custodia de la nena y fueron la Jueza de Familia, Cabrera, y la Asesora de Menores, Noelia Pérez de González, quienes le otorgan el cuidado a la madre.

“No tuvieron en cuenta los graves antecedentes que tenía Francesca, durante el tiempo que estuvo en el poder de la progenitora, no se hicieron visitas de control, de supervisión. A su abuela le negaron los derechos, nunca pudo tener el cuidado de su nieta y ahí fue donde se decidió el destino de la nena”, finalizó Lucrecia Miller.