Según explicó la delegada de ATE Salud en Orán, Julia Pizzola, dos semanas atrás comenzaron a reclamar por un atraso salarial de cinco meses y por la falta de designaciones que - en plena pandemia y con la urgencia de fortalecer el sistema sanitario – dobló el número de trabajadores precarizados.

Hoy se cumple el 4º día de acampe fuera del hospital San Vicente de Paul.

“Así es la política de Salud para el interior”, sostuvo – por Aries – la delegada y advirtió que, antes de tomar la medida, se hicieron las presentaciones y pedidos pertinentes; “el Ministerio es sordo a los reclamos, el 27 de octubre recién se cobró el sueldo de junio”, completó.

Así las cosas, Pizzola señaló que la mayoría son monotributistas y se desempeñan en programas de lo más diversos. La situación, insistió, se agravó a partir de la pandemia ya que de 70 efectores de salud pasaron a ser más de 150, claro, todos precarizados.

“Todo el interior tiene la misma realidad”, disparó la dirigente y aseguró que el trabajador precarizado percibe un tercio de lo que cobra uno de planta. Más allá de esto, añadió que ese trabajador, el día que pase a planta permanente – si llegara a ocurrir – no se le reconocerá antigüedad. En este marco, explicó que hay personas trabajando en programas precarizados hace, por lo menos, 10 años.

Finalmente, Pizzola denunció que comenzaron a circular listas de quienes llevan adelante la protesta - un claro acto de amedrentamiento por parte del gobierno provincial, dijo – y advirtió que el Ministerio envió una nota donde no se renueva el contrato a 40 trabajadores.

“El Estado es el máximo empleador en negro”, sentenció la delegada.