Por Aries, Ferri explicó que los gatos y los perros no tienen glándulas sudoríparas en el cuerpo, solo algunas entre los dedos y por eso dejan huellas.

Mientras en las personas la transpiración sirve para humedecer el cuerpo haciendo que con la brisa se enfríe y se regule la temperatura corporal, en los animales es distinto.

En los perros se regula de tres formas: una con jadeo, metiendo aire y frío, largando aire caliente y de esa manera va bajando la temperatura; también a través de la convección, apoyando la superficie corporal en el piso y por diferencia de temperatura regulan la propia; y finalmente a través del agua de bebida.

Ferri señala que las mascotas pueden sufrir golpes de calor que no es lo mismo que insolación porque en el golpe de calor empieza a generar que se alteren membranas celulares, cuya acumulación genera un edema que puede afectar diversos órganos como la glotis y llevarlo a la muerte.

Pidió tener en cuenta la llamada “fase ansiosa”, es decir una dificultad de oxígeno que es manifestada cuando el perro está echado como en posición de esfinge y los ojos bien grande.

Ante la situación, explicó que hay que ponerlo en una canilla y hacer que corra agua por su cuerpo de 5 o 10 minutos.

Luego, una vez que compensó, pidió que sea llevado para una atención al veterinario.