La Justicia rechazó la recusación de Cristina Kirchner contra los jueces y el fiscal Luciani en el juicio por la obra pública

Lo hizo el tribunal oral que juzga el caso. Dijo que el planteo carece de “elementos de prueba que permitan validarla y otorgarle los efectos jurídicos que se pretende”.

Argentina 13/08/2022

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Minutos antes de la medianoche, el Tribunal Oral Federal (TOF) 2, que juzga a Cristina Kirchner y a otros 12 acusados, rechazó ayer todas las recusaciones que las defensas habían presentado contra los jueces y fiscales que intervienen en el juicio del caso Vialidad. Con dos fallos muy duros, desestimó cada uno de los planteos.

Primero, Carlos Beraldi, abogado de la vicepresidenta, había recusado al fiscal Diego Luciani y al juez Rodrigo Giménez Uriburu por jugar en un mismo equipo de fútbol y haber participado de torneos en la quinta Los Abrojos, de Mauricio Macri; después, otras defensas cuestionaron al fiscal que colabora con Luciani en el caso, Sergio Mola, y finalmente, en la audiencia de ayer, Berladi sorprendió con una nueva recusación y pidió el apartamiento del juez Jorge Gorini por haber ido a reuniones con Patricia Bullrich cuando ella era ministra de Seguridad.

La jugada del abogado dejaba al tribunal con dos de sus tres jueces recusados y una sucesión de planteos por resolver. Las defensas reclamaban que se convocara a otros magistrados para decidir, pero el TOF 2 no lo hizo. Rechazó todos los cuestionamientos y el juicio sigue adelante. En el tribunal dan por hecho que los abogados de los acusados llevarán sus planteos a la Cámara Federal de Casación. Mientras tanto, el cronograma del proceso no se afectará y los fiscales seguirán con su alegato.

El TOF 2 firmó anoche dos resoluciones: en la primera, los tres jueces rechazaron in limine (sin darle trámite) la recusación de Gorini; en la segunda, Gorini y Andrés Basso (el único juez no recusado), desestimaron los planteos contra todos los demás.

En el fallo respecto de Gorini, los jueces sostuvieron que el reclamo de Beraldi era “manifiestamente improcedente” porque se había presentado fuera de plazo. El propio recusado afirmó que las pretensiones plateadas eran “evidente y maliciosamente extemporáneas”.

El Código Procesal Penal establece cuándo deben presentarse las recusaciones y dice que fuera de esas oportunidades, son “inadmisibles”. Cuando un caso está ya elevado a juicio, la oportunidad es “durante el término de citación”, que en este caso -recuerda el juez Basso- venció el 4 de julio de 2018. El Código prevé también que se pueda presentar después solo cuando la causal sea “sobreviniente”. Eso es lo que alegó Berladi, que motivó la recusación en una nota de ayer del diario Página 12 que daba cuenta de reuniones entre Gorini y Bullrich.

Basso sostuvo en su voto: “Deliberadamente se confunde la reciente nota periodística con los eventos pretéritos que en ella se relatan los cuales se remontan años atrás, circunstancia que era fácilmente conocible pues la información a su respecto se encuentra disponible erga omnes en el Registro Único de Audiencias de Gestión de Intereses en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional”.

Según la defensa de la vicepresidenta, de una de las reuniones con Bullrich había participado también Giménez Uriburu, que en su voto negó que eso fuera cierto. “Jamás concurrí al Ministerio de Seguridad de la Nación, ni a los fines indicados en la nota aludida ni por ninguna otra razón, y tampoco he conocido ni mantenido reuniones con la por entonces titular de esa cartera. Tal extremo evidencia, además de la manifiesta extemporaneidad de su reclamo, una merma evidente en la credibilidad de la fuente en la que se funda”, escribió el juez, que había sido alcanzado por esta recusación contra Gorini.

Los tres jueces, decidieron, además de rechazar el planteo, hacerlo “con costas” a cargo de la defensa de Cristina Kirchner.

Una vez resuelta la recusación contra Gorini, él y Basso rechazaron las demás recusaciones: la original contra Giménez Uriburu y las de los fiscales Luciani y Mola.

En primer lugar, sostuvieron que estas recusaciones, como la de Gorini, se presentaron con una “evidente extemporaneidad”. Afirmaron que era público que Giménez Uriburu y Luciani jugaban en el mismo equipo -había fotos publicadas en Facebook-, y que también era público quiénes habían participado de la jura de Mola (fiscal al que recusaron porque en las fotos oficiales de su asunción había funcionarios del gobierno de Macri).}

“Deviene inadmisible pretender catalogar a la causal como sobreviniente o desconocida cuando las circunstancias fácticas referidas eran públicas y en consecuencia conocibles desde mucho antes, bastando al efecto con consultar en sitios web de acceso irrestricto, de carácter público, cuando no además oficiales. La actitud en contrario de los recusantes, en razón de un olvido o bien deliberada, no puede ahora servir de fundamento para convalidar una supuesta ‘causal sobreviniente’, pues en rigor, aquello que sobreviene no es la causal, sino el conocimiento de las partes sobre ésta”, afirmaron los jueces.

Pero dijeron que, de todos modos, habían decidido analizar los planteos. Afirmaron entonces que la causal de “amistad íntima” del juez o fiscal con alguno de los “interesados”, tal como está prevista en el Código, no se da en este caso. En primer lugar, porque no está “configurado el grado de amistad al que alude la norma”, pero además porque el propio Código define quiénes son los “interesados” a los efectos de la recusación y no incluye a los fiscales en esa lista.

 “Nos encontramos ante la evidencia de que la ‘íntima amistad’ por la que las defensas pretenden su recusación, no es más que un relato construido sobre la base de imágenes de las que difícilmente pueda colegirse esa conclusión”, sostuvieron los jueces. Y afirmaron: “Si la existencia de las relaciones a las que aludimos [de camaradería] fuese suficiente para motivar el apartamiento de nuestra intervención en los procesos para los que resultamos designados, efectivamente se produciría la paralización total del servicio de administración de justicia. La expectativa de un lugar de trabajo en el que sus actores permanezcan aislados, exentos de toda vinculación con sus pares y perseguidos por la posibilidad de que cualquier encuentro con colegas, aún totalmente casual, dinamite su legitimidad y eche por tierra el trabajo desarrollado en lo casos en que interviene, lejos de representar una idea aspiracional, importaría una ficción ciertamente indeseable”.

Fuentes del tribunal adelantaron a LA NACION que concederán los recursos que las defensas presenten contra sus fallos para que sean revisados por la Cámara Federal de Casación. En la audiencia del viernes, Beraldi había pedido que todas las recusaciones fueran analizadas en conjunto y había dicho: “Todo esto ha herido de muerte la credibilidad de este juicio”. En el tribunal sostienen que efectivamente analizaron en su conjunto las recusaciones una vez despejada la que era “manifiestamente improcedente”, dirigida contra Gorini. Ahora, esta discusión seguirá en la Casación.

Mientras tanto, el juicio continuará tal como estaba previsto, con las tres audiencias más que tienen Luciani y Mola para exponer su alegato. La primera será el martes próximo.

 

Fuente: La Nación

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