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Hay datos que permiten dimensionar la gravedad de la situación porque es un fenómeno que afecta a todas las sociedades pero solo dos de cada tres países han prohibido la violencia doméstica. Un informe del organismo internacional indica que hay 49 estados en los que todavía no existe legislación que proteja a las mujeres, mientras que en otros 37 todavía no se juzga a los violadores si están casados o si se casan posteriormente con la víctima. 

Hace casi medio siglo que se trata de tender en el mundo un estado de concientización sobre el que la ONU llamó una de las peores pandemias que no se ha podido controlar ni encontrar un remedio efectivo. Y fueron militantes y activistas en favor de los derechos de la mujer, las que sumaron en sus protestas la demanda de poner fin a la violencia de género.

En esa movida hay fechas emblemáticas. En 1979 consiguieron la aprobación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. Ese pronunciamiento, sin embargo, no detuvo la violencia contra mujeres y niñas y obligó a una normativa concreta en este aspecto. Por esta razón, Naciones Unidas emitió en 1993 una resolución que incluye la emblemática "Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer", sentando las bases para un futuro libre de violencia de género. Siete años después se dispuso la existencia de un día en especial para que gobiernos, organizaciones internacionales y ONG’s a tomar manos en el asunto y coordinar actividades todos los años sobre esta fecha que eleven la conciencia pública.

La batalla no se abandonó y se amplía, con fundadas razones. Según la situación en cada punto del mundo son las reivindicaciones que se plantean, pero en línea con el pronunciamiento de la ONU se reconoce que la violencia contra la mujer constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer. El resultado hasta ahora es un estado de dominación y de discriminación que ha impedido su adelanto, situación que se profundiza en los casos de minorías. La Declaración de 1993 reconoce como violencia contra la mujer a todo acto que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.

Precisamente la implementación de medidas de confinamiento por parte de los países para detener la propagación del coronavirus, ha puesto en evidencia que especialmente la violencia contra las mujeres y niñas en el ámbito privado, es una cuestión a la que hay que prestar particular atención. En la Argentina en lo que va del 2020 y particularmente en el período de cuarentena hubo 211 feminicidios, uno cada 32 horas, según destacan los observatorios que reúnen la información sobre este flagelo. En Salta, las denuncias por violencia crecieron este año un 23%. Ello pese a la vigencia de la Ley de Emergencia Social por Violencia de Género, dispuesta en diciembre de 2014 y prorrogada en octubre pasado. 

Ningún mensaje o acción puede bajar la intensidad de la campaña para avanzar hacia la igualdad que es un reaseguro de la paz en el mundo. 

Salta, 25 de noviembre de 2020